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Padres buscan la inclusión educativa para lograr la social

Pese a los intentos del gobierno por conseguir la inclusión, aún los esfuerzos resultan ser poco concretos y eficaces para quienes trabajan con personas en situación de discapacidad cognitiva, donde se incluye al espectro autista.
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Mariela Cabello Venegas

Si bien, la legislación chilena, parece dar pasos en términos de la denominada "inclusión", tras la última aprobación en el Senado del proyecto de ley que obligará a las empresas de más de 100 trabajadores, a que reserve un 1% para personas con discapacidad, lo concreto, a juicio de los padres y especialistas que trabajan con niños y jóvenes, con discapacidad especialmente las denominadas cognitivas y relacionales, es que en Chile aún el concepto está "en pañales".

De acuerdo a la última encuesta de discapacidad del 2015, el 20% de la población de Chile, posee algún grado de discapacidad, de la cual sólo un 39,3% está empleada, dejando un 60.7% en la calificación de inactiva o desocupada.

Ante estos números, una nueva ley de inclusión laboral, para algunos, significa un verdadero avance, sin embargo para otros no es más que una medida que no se puede consolidar, si las bases para la inclusión educativa aún no se afianzan.

"Para hablar de inclusión, primero tiene que haber inclusión educativa y solo con ella se logrará la inclusión social que es lo que más importa", expresa, José Perich, presidente del movimiento social "Autismo Chile", que lleva 6 años trabajando en la generación de políticas públicas para personas con autismo y discapacidad en general.

Acceso

En este sentido, una de las trabas, que expresan los padres de niños diagnosticados dentro del espectro autista, es el acceso a la educación, lo cual se condice con la reforma educacional, que pretende que todos los niños y jóvenes ejerzan su derecho a estudiar.

"Tuvimos problemas con mi hijo desde que estaba en medio menor, medio mayor hasta que llegamos a kinder, y nos encontramos con una profesora que si lo entendió y lo acogió. Pero cuando entramos a 1° y 2° básico todo cambió, mi marido y yo nos turnábamos para acompañarlo a clases, y además de que esto era desgastante, teníamos que enfrentarnos a una profesora que nos repetía sáquelo del colegio", recuerda Jacqueline Zúñiga, madre de un niño que hoy tiene 17 años y cursa 1° y 2° medio en una escuela nocturna.

Escolaridad

Situaciones similares, que tienen que ver con la llamada inclusión escolar, a la que propende la reforma educacional, es lo que viven otros padres, que quieren integrar a sus hijos a un sistema, que según ellos, tienen una serie de barreras, a la hora de que sus hijos adquieran los aprendizajes.

"Mi hija estuvo con el Proyecto de Integración Escolar (PIE) pero yo no sé hasta que punto aprenden. Soy profesora y yo quería saber de las evaluaciones y no me las querían mostrar. Ahora está en un colegio sin PIE, y el colegio es un tema para mi hija porque se siente frustrada porque no saca buenas notas. El sistema no está preparado a no ser que existan voluntades de los profesores para hacer evaluaciones diferenciadas", señala, Elsa Páez, mamá de una adolescente con necesidades educativas especiales.

Educación Superior

En general, el anhelo de los padres es que sus hijos terminen su escolaridad y en el caso de aquellos que tienen hijos en situación de discapacidad cognitiva, prefieren pensar en los avances y desarrollos del día a día.

No por ello, agrupaciones como la Asociación de Padres de Niños con Disfasia y Autismo (Apandia) de Iquique, mira hacia el futuro, y tiene claro que el apoyo no sólo tiene que ser a través la intervención a temprana edad, sino que también se proyecten a seguir estudios superiores o ingresar al mundo laboral.

Es importante precisar, que los jóvenes que se encuentran dentro del espectro autista, tienen variados intereses, y no necesariamente se encasillan, en lo que clásicamente se piensa, como actividades solitarias y sistemáticas, pues los que son apoyados a temprana edad, desarrollan amplias habilidades sociales que les permitan acceder a lo que ellos tengan trazado en su mente.

"Él sabe lo que quiere, y quiere ser paramédico y kinesiólogo, ya es bombero y ha participado en cursos de primeros auxilios o sea ha dado muestras de que puede interactuar en este sentido y en este tipo de temas", cuenta Jacqueline Zúñiga, sobre el mito, que considera que todos debieran estar enfocados en carreras técnicas o más solitarias.

Por ahora, tal como otros padres, afirman que les atemoriza pensar que sus hijos no puedan cumplir sus sueños.

Al respecto, la presidenta de Apandia, Ana Dacosta es más enfática y advierte sobre la necesidad de incluir un ingreso especial para estos jóvenes.

"No sacamos nada con el proceso de escolarización de la mamá, si en la universidad no vamos a tener ese mismo camino, y es ahí donde tenemos las limitancias, y es ahí que nosotros nos enfrentamos al temor, que nuestros hijos no puedan cumplir lo que ellos quieren, que ya pasó en el caso de un chico que trató de ingresar este año a la universidad. Por eso queremos que nos abran las puertas para que podamos trabajar en conjunto", puntualizó Dacosta.

Psu

El tema de la PSU, resulta complejo para el mundo de la Educación Superior, pues si bien hoy existe una posibilidad, según asegura el Departamento de Evaluación, Medición y Registro Educacional (Demre), que los alumnos al inscribirse en la PSU, puedan solicitar que la prueba se tome en condiciones diferentes, el requerimiento será evaluado para cumplir con ello.

Sin embargo, desde la misma Seremi de Educación, la encargada de Educación Superior, Roxane Carvallo, comenta que al salir de 4° medio , los colegios deberían informar al Mineduc qué niños tienen necesidades especiales y que requieren una condición especial para dar la PSU, para precisarlo en el Demre.

"Se debe establecer este puente entre la educación superior, con una forma especial de admisión, y que nosotros como mesa de trabajo ya estamos considerando", dijo. A lo cual, el seremi del ramo, ratificó indicando que hay temas que deben trabajarse en conjunto, pese a respetar su condición de entes autónomos.

Iniciativas

Pese a la inexistencia de un ingreso especial para jóvenes con discapacidad cognitiva, más sí para algunas sensoriales, como sordos y ciegos, en las universidades de la región, si hay iniciativas que han adoptado para lograr la inclusión.

En este sentido, la vicerrectora de Investigación, Innovación y Postgrado Universidad Arturo Prat (Unap), Margarita Briceño, se refirió al programa "Unap incluye" que comenzó como piloto en el 2014, financiado por un fondo del Ministerio de Educación, asociado a los estudiantes que ingresaban por las vías aceptadas como PSU o carrera técnica, y que tenían necesidades educativas especiales transitorias.

Con este proyecto, se apoyó en especial a los alumnos de 1° año, realizando una encuesta para detectar estas necesidades educativas especiales y formar a profesores y tutores respecto a la diversidad de audiencias que tenía en una sala de clases.

"En el proyecto realizamos adecuaciones curriculares para la carrera de Arquitectura y además adecuaciones físicas", precisó Briceño.

Hoy, el programa sigue formando a tutores para distintas asignaturas de diversas carreras, cuya meta es poder implementarlo como un proceso gradual, que también contemple las adecuaciones curriculares correspondientes para que la educación sea para todos.

En tanto, desde la universidad Santo Tomás, Patricia Gámez, presidenta del comité de inclusión, indicó que la política de la institución es inclusiva, por lo que dentro del protocolo de admisión, se aplica una encuesta que incluye si existe una situación de discapacidad.

"Eso es algo voluntario que lo declare, y esto implica una entrevista con el jefe de carrera y un representante del comité de inclusión donde se evalúa si podrá cumplir el perfil de egreso y si se cuenta con los apoyos que necesita".

Asimismo, Gámez precisa que como institución están informados de los fondos que pueden postular a través de Senadis.

"Estamos trabajando en promover la movilidad social a través de un modelo educativo inclusivo en dos colegios de Iquique y Alto Hospicio. Además, estamos dictando un magíster orientado a la inclusión laboral para los profesionales, para que tengan una mirada más abarcadora", recalcó.

Los adultos

Para las agrupaciones de padres, Chile, posee una deuda grande con la inclusión, porque se parte con los niños, pero se deja de lado a los adultos que no han tenido la suerte de tener especialistas con ellos.

"Tenemos muchos casos a nivel país que ha pasado por ser esquizofrénica y son parte del autismo y están en situación de calle, no hay algo que no sea Sename, no hay una casa de acogida para personas con discapacidad cognitiva que no es lo mismo que un centro psiquiátrico, porque esto no es una enfermedad, es una condición de vida", recalcó Ana Dacosta, de Apandia.

Temas sin resolver y vacíos en lo que respecta a los jóvenes y adultos, que desean ingresar a la educación superior o al mundo laboral, pese a ello las organizaciones siguen trabajando para que sus hijos sean entes autónomos, autosustentables y felices, la "piedra de tope" según acusan son las leyes y las voluntades de concretar las ideas, ya sea en adecuaciones curriculares, preparación de profesores, acceso a la universidad y regulación real en el mundo laboral, para que se ejerzan los derechos que como país, Chile, suscribió en el 2008.

Jacqueline Zúñiga"

"Él sabe lo que quiere. Quiere ser paramédico y kinesiólogo""

En resumen


El home school como alternativa al colegio

La educación formal, ofrece el Programa de Inserción Escolar, pero algunos padres optan por utilizar la modalidad "home school", autorizada por el Mineduc. Especialistas, como la psicopedagoga, Patricia Emeres, cuestiona su eficacia.


Ganadores de fondos "Descúbreme"

Apandia se adjudicó fondos para un proyecto de inserción educativa, el cual permitirá dar atención de sicólogo, asistente social, psicopedagoga y fonoaudiólogo de manera gratuita a 15 niños. Postularán a uno de inserción laboral.

17,1% de la población de Tarapacá, se encuentra en situación de discapacidad. El 9,8% tiene discapacidad severa, según la encuesta de discapacidad del 2015.

1.068 alumnos en la región, poseen necesidades educativas permanentes, según el registro del 2016, de la Seremi de Educación. 4.355, son de carácter transitorio.