Pareciera un verso que se repite una y otra vez, pero que la paciencia no agota - quizás hasta cuándo-. No obstante todo gobierno que llega anuncia un riguroso plan para acabar con el crimen que típicamente puede incluir ingredientes como más policías, más cámaras de videos en la vía pública, programas sociales con las mejores prácticas de monitoreo; como son la Política Nacional de Seguridad Pública del año 2004, la Estrategia Nacional de Seguridad Pública en sus versiones 2006 y 2008 y la Estrategia Nacional de Seguridad Pública Chile Seguro 2010-2014.
Pero sabemos que estos programas han arrojado resultados deficientes. Sin obviar que estos esfuerzos han estado centrados excesivamente en lo programático y en el corto plazo, han dejado de lado las modernizaciones institucionales que requieren de leyes y reglamentos actualizados, como el Código Penal que no está acorde al nuevo Código de Procedimiento Penal; que tiene muchas incongruencias en las penas y no hay equilibrio alguno entre dichos textos, y que por ello, la delincuencia se ve favorecida y crece estadísticamente más y más.
De ello, cómo es posible que las circunstancias atenuantes como la irreprochable conducta anterior, la presunción de inocencia y el reconocimiento de los hechos, pero no los delitos, entre otras; que atenúan la responsabilidad de los autores, cómplices y encubridores - que no están tipificadas en el antiguo y vigente Código Penal - hoy sean circunstancias establecidas en el nuevo Código de Procedimiento Penal. Grave error, porque la Reforma Procesal Penal hubiera sido posterior a la Reforma Penal. Ahora, si muchos parlamentarios y/o muchas parlamentarias pensaron en la inprescriptibilidad e inamnistiabilidad de los crímenes, ya sean de lesa humanidad ocurridos en Chile durante el gobierno militar u otros; pienso que dicha reforma procesal penal, es atribuible a irresponsabilidad de Estado. Por ello, el próximo gobierno debiera reformar el Código Penal, vigente desde el 12 de noviembre de 1874.
La cruda verdad
Todos los candidatos a La Moneda, en especial los nuevos, se han caracterizado por tener la solución a todos los problemas que hoy aquejan a nuestro Chile y a la ciudadanía, sin detallar el cómo y menos el cuánto; pero lo más grave es que omiten el hecho de que con su sola intención no basta para arreglarlo todo, de ser elegidos, dependerán en un 100% del apoyo de los partidos políticos en el Congreso, situación no menor, para lograr los quórums necesarios y llevarlas a la práctica, esa es la cruda verdad, lo demás es venta de humo, una mezcla muy peligrosa de populismo e irresponsabilidad.
Luis Enrique Soler Milla
Roberto Cisternas Contreras