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"Los médicos extranjeros han sido un aporte importante"

El director del Instituto de Estudios de la Salud de la Universidad Arturo Prat, doctor Julio Brito Richards, criticó el centralismo en la materia. Aseguró que deben ser las regiones las propias encargadas de formar a sus profesionales.
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Mauricio Torres Paredes

Aunque reconoce que la salud en Iquique adolece de los mismos problemas que el resto del país, por el volumen de la demanda y porque no están los especialistas ni la infraestructura necesaria, el doctor y director del Instituto de Estudios de la Salud de la Universidad Arturo Prat asume que ese tema era algo predecible.

"La demanda de salud, como en todas partes del mundo, es creciente y en la región ese crecimiento ha sido explosivo producto de la migración que ha existido en Iquique, y no estoy hablando de migración solo extranjera sino también desde dentro del propio país", explica.

Para el profesional, las capacidades del sistema de salud son menores a las necesidades.

"Los compromisos de atención y las necesidades de salud de la población son mucho mayores que las capacidades que el Estado tiene instaladas", afirma Brito.

- Más allá de los hospitales, ¿cómo ve la salud en manos municipales?

- Se ha percibido una imagen mucho mejor por parte de los usuarios. Todo depende de la municipalidad, hay experiencias muy buenas y otras no tan buenas. Tal vez la solución siga en manos de los municipios, pero debería haber un control y una dirección más firme porque esos pacientes (de los consultorios) son los que van a llegar a los otros recintos (a los hospitales). La idea de municipalizar apunta a que los problemas locales, la salud local, sea responsabilidad de los dirigentes de la comunidad, en este caso el alcalde. En muchas partes del mundo funciona así. El problema está en cuando las municipalidades no tiene los recursos suficientes para hacerse cargo.

- Para suplir el déficit en salud, este gobierno ha propuesto nuevos hospitales, uno de ellos el de Alto Hospicio, que también descongestionaría al de Iquique. Sin embargo, todavía no se construye...

- El hospital de Alto Hospicio es una necesidad y lo avalan las cifras. No cuesta nada que se divida Alto Hospicio de Iquique con un apagón, un derrumbe, un accidente grave en la carretera, un terremoto... Más del 50% de los pacientes que se atienden en el hospital de Iquique, son de Alto Hospicio.

- ¿Hay una discusión ideológica en el gobierno de no concesionar los hospitales?

- Eso se ha planteado evidentemente como una cosa ideológica, pero las concesiones hay que mirarlas como cuando se iniciaron. Un país con recursos fiscales escasos que debe distribuirlos perentoriamente en una serie de necesidades básicas, no tiene la capacidad de crear en el corto plazo la infraestructura necesaria. Como con las carreteras y las cárceles, creo que el sistema de concesiones en ese sentido ofrece rapidez y también calidad. Creo que es la solución para tener cubiertas las necesidades a corto plazo. Pero se confunden las cosas, obviamente en los hospitales hay áreas que son específicas y que no pueden entregarse a privados, como las áreas quirúrgicas, de urgencia, pero hay otras que sí, los servicios de vigilancia, limpieza y la alimentación del personal, no la de los enfermos. No me quiero meter en el tema de la administración.

- Y a mayor número de hospitales públicos, mayor necesidad de profesionales... ¿Qué tan cierta es la idea de que los médicos prefieren el sector privado?

- No es tan cierta. Las razones por las cuales la mayoría de especialistas evita o tiene pocas horas en el servicio público es porque las condiciones de trabajo normalmente no son las mejores, y las ofertas que existen afuera sí lo son. Las oportunidades de trabajo de mayor ingreso y desarrollo profesional hasta el momento son mejores en el sector privado. No es que los médicos no quieran trabajar en el sector público. Si el sector público no permite el desarrollo profesional o te obliga a trabajar bajo presión... Es una situación compleja.

La escuela

Brito hace hincapié en que los profesionales de la salud no solo optarían por el sector privado, sino que también la mayoría de ellos preferiría quedarse a trabajar en Santiago, donde se forman, dejando así a las regiones sin especialistas. Tarapacá no es la excepción y por eso la Unap tiene la idea de proyectar una escuela de medicina para así formar recursos humanos locales.

"¿Cómo se ha suplido el déficit de especialistas en Chile?, aumentando los incentivos, pero como no hay especialistas, se atrae a médicos extranjeros. Los médicos extranjeros han sido un aporte importante a la salud de la población, a lo menos en esta región. La otra opción es formar a nuevos especialistas a nivel local, con raíces locales, lo que tiene la ventaja de que van a tender a quedarse en la región. El mismo Colegio Médico ha planteado que cada región tenga su escuela de medicina. Yo creo que están todas las condiciones dadas para que se pueda iniciar en Iquique y se ha planteado que la Unap la lidere, a mí me parece que eso es lo lógico", enfatizó.

- ¿En qué está el proyecto para esa escuela?

- Hoy esa decisión está en manos de la rectoría. Hay compromisos de financiamiento por parte del gobierno regional.

El doctor calcula que, como mínimo, la inversión podría ir de 10 a 15 mil millones de pesos en un plazo de hasta siete años, cuando la escuela ya podría financiarse por la universidad. "De aquí a un año se puede tener una escuela de medicina", asegura.

- Sobre los médicos extranjeros, ¿cómo ve las barreras de ingreso al sistema?

- Han sido un aporte indispensable. Me parece razonable que deban probar que tienen los requisitos mínimos para trabajar. El Eunacom (Examen Único Nacional de Conocimientos de Medicina) está diseñado para el médico que recién viene saliendo de la universidad, pero la mayoría de los especialistas lleva varios años fuera, mínimo cinco años post universidad. Por algo son especialistas. También está claro que no todos los países tienen la misma calidad de formación que Chile y en eso se ha sido bastante cuidadoso.

- Junto al hospital de Alto Hospicio, para los actores locales del área salud un centro oncológico es otra gran exigencia, ¿cree que hay una mirada centralista en que para Santiago no sería necesario?

- Es un tema administrativo a la renuencia de crear un centro, como ha sido la tendencia de centralizar los recursos. Eso conspira contra el desarrollo profesional y afecta la calidad de vida de los pacientes y sus familias. Por muy aparentemente cerca que esté Antofagasta, la distancia entre un centro especializado y la periferia no debiera superar los 300 kilómetros. Las regiones debieran tener sus propios recursos y su propio desarrollo. Además, el centro (oncológico) de Antofagasta tampoco es suficiente para su población...

- Usted dijo que lo lógico es que la escuela de medicina se haga en la Unap, ¿por qué cree que una universidad estatal debiera tener preponderancia por sobre una privada?

- Porque cuando es algo estatal, tiende a ser más permanente y hay una responsabilidad en el tiempo directa hacia una región y sus ciudadanos. En la universidad privada, y en general el sector privado, las responsabilidades son limitadas y tienen relación con si la inversión fue bien hecha y si se manejan bien o no los recursos. Hay una serie de limitantes que impiden darle una permanencia en el tiempo. Por muy precarias que sean, las estatales siempre tienen una responsabilidad última, la del Estado, que es más permanente. Desde el punto de vista general, político, su rol es más neutro. Nadie puede achacarle intereses diferentes a los intereses de la población.

"El mismo Colegio Médico ha planteado que cada región tenga su escuela de medicina"

"Más del 50% de los pacientes que se atienden en el hospital de Iquique, son de Alto Hospicio"