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Morenos de Victoria cumplió su sueño y llegó a la pantalla grande

A 75 años desde su creación, la fraternidad estrenó documental y libro junto al "Tarapacá en el Mundo".
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Francisca Cabello Iriarte

Un Salón Tarapacá repleto de asistentes esperaban ayer la proyección de un documental. Entre ellos, familias que vivirían en segundos, el sueño de sus vidas, plasmar la historia de su baile "Morenos de Victoria" hacia la pantalla grande.

La cinta "La victoria de Los Morenos" relata en aproximadamente cuarenta minutos una historia que se comenzó a escribir hace 75 años, y que nació desde la Ex Salitrera Victoria. Son entre 40 o 50 bailarines que danzan cada año alrededor de la Virgen de La Tirana y San Lorenzo

"El baile de Los Morenos me gusta porque es elegante, los pasos son únicos y uno lo hace con fe, va danzándole a la virgen y eso le he traspasado a mi hijo, a él le gusta bailar, no baila obligado sino porque lo siente, le nace y eso hay que mantener, entre la gente que vaya entrando al baile", expresó Álvaro Copaiva Santibáñez, que es un hombre que desde los nueve años es parte de la fraternidad, un legado que le fue traspasado por su abuelo y que está siendo delegado a su primogénito, quien con tan sólo nueve meses de edad, ya vestía este traje típico pampino, con los colores blanco, rojo y azul.

La perpetuidad de este patrimonio inmaterial sigue viviendo en cada uno de Los Morenos, sin embargo, Álvaro contó que el baile ha pasado por duros momentos, como cuando "éramos diez bailarines e igual salíamos a danzar con toda la fe y poco a poco fuimos creciendo y nos hemos mantenido".

Una de las situaciones que más marcaron a Copaiva fue cuando tenía 17 años y un 14 de julio fue castigado el caporal principal, como él en ese entonces era el guía, "me pasaron la matraca para que me hiciera cargo del baile, fue ahí cuando me di cuenta de que ya estaba listo para guiar el baile, fue una bonita experiencia", contó.

Señora nena

Uno de los personajes que se pone la camiseta en esta Sociedad Religiosa es la llamada Señora Nena. Zoila Santibáñez Carneiro tiene sesenta años y son los mismos que lleva perteneciendo a Los Morenos, una tradición familiar heredada por su padre.

"Eran cuatro hermanos y todos participaban en el baile, después siguieron mis tres hermanos, luego mis hijos y los hijos de mis hermanos, y ahora también están mis nietos", afirmó la Señora Nena.

Para Zoila este baile lo lleva impregnado dentro del corazón, está en sus raíces y sostiene además que "nosotros no hemos heredado ni tierras ni bienes ni nada, solamente hemos recibido lo que ellos nos ofrecieron en la parte espiritual de seguir en esta fraternidad".

La agrupación, además de contar con bailarines y percusionistas trae consigo el respaldo de varias familias, ya que "es un baile chiquito, muy humilde, querido y bendecido porque tenemos el apoyo de mucha gente que nos coopera incondicionalmente", sostuvo a este medio.

Poder asistir a dos celebraciones por año ha sido todo un trabajo para Los Morenos, no solo para coordinar los pasos de baile y notas musicales de los percusionistas, sino que para organizar a cada uno de sus integrantes que no solo contempla a los artistas.

A consecuencia de esto comienzan aparecer los problemas financieros, por lo que este conjunto ha podido arreglárselas con la autogestión. "Todo lo hemos solventado con puras actividades que nosotros hacemos prácticamente para pagar la banda, las cuotas de la agrupación, las de la asociación y los traslados", relató.

Tal es el reconocimiento de esta fraternidad de antaño que hace un tiempo Ariel Pinto Madariaga, gerente de una empresa de transportes, les otorgó gratuitamente los traslados en camión, "ya sea con las imágenes, con los bultos que lleva la gente, la cocina, los bidones de gas y las matuteras con ropa. Eso hace un tiempo ya que nosotros no lo pagamos".

Sueño hecho realidad

El anhelo de Los Morenos era precisamente lo que se coronó ayer en el Salón Tarapacá, el documental y también libro construido luego de un trabajo minucioso de doce meses, era el deseo de estas personas que son un retrato vivo del patrimonio salitrero de esta zona.

"Para nosotros era un sueño plasmar esta historia, que quedara para nuestros nietos, para los futuros niños que puedan seguir en el baile y con la bendición del señor y de la virgen, fue un regalo para nosotros que el profesor Bernardo Guerrero nos eligiera como sociedad", contó agradecida.

Este fue un proyecto que Los Morenos habían contemplado realizar, pero las ganas se habían visto mermadas producto de que para efectuar un trabajo así necesitaban de recursos que ellos no tenían.

Allí fue cuando entró el grupo local "Tarapacá en el Mundo", a quienes conocieron en medio de la celebración de La Tirana en 2014, "desde ahí que se generó la inquietud de poder trabajar juntos y hacerse estas preguntas de por qué Victoria, que fue destruida, sigue teniendo un baile religioso de puros hombres que es muy elegante y bonito de ver", comentó María Francisca Basaure, antropóloga y una de las escritoras del libro "La Victoria de Los Morenos".

Dicha experiencia por parte de los profesionales que realizaron la cinta y el escrito, rescatan el esfuerzo de años para sacar adelante este baile que inmortaliza la época salitrera tan característica del norte de Chile.

"Lo más bonito es ver cómo gente que nunca ha ido a Victoria, que no conoce el pasado salitrero baila como si esto fuera de ellos", sostuvo la realizadora. Un legado pampino que decidieron llevar años tras años, ya que cuando fueron desalojados desde la salitrera estaban en un receso como baile. Fueron trasladados a Iquique y decidieron entonces reorganizarse. "Eso fue lo más gratificante del libro, poder decir que a esta gente la trasladaron y no se quedaron con los brazos cruzados, vino a Iquique pero se trajeron su baile religioso con ellos y lo siguen perpetuando y sigue siendo una tradición pampina", concluyó la antropóloga.

"Uno lo hace con fe, va danzandole a la Virgen, y eso le he traspasado a mi hijo".

Álvaro Copaiva Santibáñez, integrante de Los Morenos de Victoria."

"Para nosotros era un sueño plasmar esta historia, que quedará para nuestros nietos".

Zoila Santibañez Carneiro, una de las organizadoras de la fraternidad."