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Cura pocino ofició su primera misa en su pueblo natal

Felipe Brito Cautín se ordenó como sacerdote hace solo dos semanas. Partirá a Roma a licenciarse en Teología.
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Crismary Castillo Marengo

La fiesta de la Virgen del Carmen de La Tirana reúne miles de historias de devoción y fe que se mezclan entre los sonidos de un bombo y una trompeta.

Muy cerca de estos sonidos el recién ordenado sacerdote católico, Felipe Brito Cautín, celebró la primera misa de su carrera eclesiástica el domingo.

El momento resultó un acontecimiento histórico en la vida de Brito, pues aseguró que la celebró en el lugar donde creció.

"La misa fue en mi parroquia San José de Pozo Almonte. Yo iba desde pequeño allí junto a mi padre. Mi papá me llevaba porque él sabía que tarde o temprano me iba a salvar la vida. Y, durante esas misas, siempre éramos el sacerdote, mi papá y yo. Nadie más", bromeó Brito.

Primera misa

En cuanto a esta, su primera misa, el sacerdote contó que nunca se le ocurrió ser cura, pero que principalmente fue una vocación que Dios fue cultivando y que su madre, Esperanza Cautín, siempre supo en silencio.

"Yo era un joven normal, me gustaban los carretes e ir a la disco. Pero Dios trabajó la vocación a través de la oración de mis padres y de la gente que me conoce", manifestó.

A su primera celebración eclesiástica asistió toda su familia, amigos y vecinos que lo conocen desde pequeño y que ahora tuvieron la oportunidad de reconocerlo como un sacerdote.

"La misa fue muy bonita y emotiva porque fue celebrar la alegría de aquello que Dios te dio con aquellos que te han visto crecer, con tus rodillas peladas llenas de chusca en un pueblo pequeño. Para mí era muy importante venir aquí porque este es un lugar específico de mi vocación", agregó.

Según recordó, antes de iniciar su camino en el sacerdocio llegó hasta el santuario de La Tirana para despedirse de la Virgen.

"Le pedí que me ayudara. La Virgen siempre me ha sostenido y de hecho, la patrona de mi diócesis del Perú también es la Virgen del Carmen", precisó Brito y contó además que celebrar esta misa en el contexto de la fiesta de La Tirana fue aún más emotivo.

"Desde hace 11 ó 12 años no vivo esta fiesta acá, así que es muy emocionante hacer mi primera misa en Pozo Almonte en la fiesta de La Chinita", mencionó.

Vocación

En el año 2005 Brito encontró la vocación y que a su juicio es un momento muy difícil de explicar de forma sencilla.

"Mi vocación nació simplemente de mi encuentro con alguien que cambió mi vida: Jesucristo. Yo fui un chico normal, tengo a mis amigos en Pozo Almonte y a mi familia. No hay que buscar una cosa mística", manifestó.

A su juicio muchas veces se vincula la vocación con frustraciones de la vida tipo amorosas. "Yo no tengo frustración de ningún tipo. Soy una persona súper normal, tuve polola. El punto es que a la vocación que Dios me está llamando implica renunciar a tu vida para que otros la reciban", aseguró.

"Quien tiene una vocación y no es feliz no tiene mucho sentido porque solo hace las cosas porque fue lo que tocó. Una vocación verdadera es aquella que te hace experimentar felicidad", sostuvo.

El siguiente fue convertirse en misionero y emprender una importante etapa en el desarrollo de su vocación.

"Antes de entrar al seminario tuve mi experiencia como misionero porque quería discernir ya que no es que uno se levante un día en la mañana y diga 'quiero ser cura y ya está'. Todas las cosas que implican un cambio de vida necesitan pensarse", planteó.

Estuvo en Santiago, Copiapó y Antofagasta como misionero y al año y medio viajó a Roma para conocer, a través de la Iglesia, a dónde sería enviado. Fue allí donde conoció que su formación sería en El Callao, una diócesis del Perú cercana a Lima durante diez años.

"En el 2006 llegué al seminario en Perú y estudié sociología primero, luego teología y actualmente estoy estudiando en Roma porque mi obispo de El Callao me envió", adelantó el sacerdote y añadió que posteriormente iniciará un doctorado.

"Una vocación verdadera es aquella que te hace experimentar felicidad".

Padre Felipe Brito Cautín, sobre su experiencia vivencial en el sacerdocio."