Suecos envidiables
Lo suecos tienen una de las economías más poderosas y sólidas del mundo y son un verdadero ejemplo de democracia. Sus funcionarios de gobierno y parlamentarios, han dado pruebas irrefutables de ser servidores públicos por vocación y no por lucro; hecho que queda comprobado por la austeridad con que desempeñan su función. Es más, llegan preparados en conocimientos para desempeñar su cargo, por lo que no necesitan asesores personales.
Esto tiene su génesis en que el pueblo sueco quiere que los integrantes del gobierno y los parlamentarios, vivan una vida lo más parecida posible a la mayoría de su población. Es tan así que un parlamentario sueco no tiene secretaria, viaja en clase económica, vive en un modesto departamento, sin empleada de servicio, lava su propia ropa, el Estado no le asigna auto y por lo tanto tampoco un chofer y en cuanto a sueldos y asignaciones, representan cifras que son consideradas como una de las más modestas del mundo. Todo lo contrario de lo que sucede en nuestro país.
Nuestros altos funcionarios de gobierno y parlamentarios son uno de los más caros del mundo en relación a la población que representan y su productividad. Todo ello debido a que sus condiciones económicas y regalías laborales se las auto imponen bajo cuatro paredes, además con una celeridad, consenso político y rapidez increíble.
Estoy seguro que los chilenos desearían que los altos burócratas tuvieran una verdadera vocación de servicio y estén dispuestos a vivir una vida parecida a la mayoría de la población, a fin de que sean insobornables y además, no estén viviendo en una burbuja, sin sentir en carne propia los padecimientos de su pueblo y, por lo tanto, gobiernen y legislen para y por el bien común.
50 años de la Reforma Agraria
El economista Rolf Lüders en torno a la Reforma Agraria, tras 50 años de su promulgación, afirma que tal como hoy en materia de educación, salud y pensiones, existía entonces un razonable acuerdo sobre los objetivos a lograr en la materia. Nos hace notar que las diferencias se dieron en el cómo lograrlos, esto es sumamente importante pues las ideas claramente tienen consecuencias y no da lo mismo quien gobierne o bajo que visión se administre. Plantea que así, por motivos ideológicos y/o electorales se optó entonces por repartir tierras por la vía de expropiaciones prácticamente sin compensación, en vez de consensuar los cambios institucionales necesarios para un desarrollo agrario vigoroso y la creación de programas de desarrollo social bien focalizados, esto conllevó que los resultados estuvieran muy bajo las expectativas.
Lüders afirma que en términos socio-políticos la opción expropiatoria tomada resultó ser extraordinariamente costosa. ¿Aprendimos la lección?
Francisco Sánchez.
Jaime Manuel Ojeda Torrent.