Las situaciones "tabúes" que afectan a un hogar del Sename
Al menos 10 denuncias ha recibido el Ministerio Público este año por agresiones a funcionarios e ingreso de municiones y drogas en las casas uno y dos donde habitan los jóvenes privados de libertad en Iquique.
Un profesor de 55 años, quien para efectos de este reportaje se llamará Hernán Torrejón por miedo a represalias, se integró en 2013 como educador de trato directo en el centro del Sename donde habitan los jóvenes imputados y condenados por algún delito. El 2017, en comparación con los años anteriores, dice, ha sido el más complicado por el ingreso de balas y maltrato físico y verbal a los funcionarios por parte de reclusos. Él, por ejemplo, fue amenazado de muerte.
"Hay una progresión en el empoderamiento de los jóvenes porque están vulnerando todos los controles. La presencia de municiones no había ocurrido en otros años, al menos desde 2013. Además, educadores han sido agredidos física y verbalmente por menores: en junio pasado golpearon por la espalda a una educadora. A estos se le suma el continuo paso de droga", cuenta el profesor.
La abogada Natalia Andrade, quien hace cinco años ejerce como defensora juvenil y pertenece a la Defensoría Penal Pública, también ha observado que menores que hoy están privados de libertad presentan un peor comportamiento que reclusos de otros años, lo que ha generado agresiones a educadores.
"Han ocurrido episodios que han llamado la atención porque antes no se daban, y quizá es una realidad que tenga relación con un tema generacional, porque, obviamente, hubo un recambio de jóvenes en estos últimos cuatro años, con otro tipo de educación, con otros valores, en que se ve trastocado el respeto y los modales (…) No son los de mayor edad entre los imputados y condenados los que cometen estos tipos de agresiones. Resulta preocupante que en los últimos dos meses existan denuncias por situaciones que antes no ocurrían", dice Andrade.
Municiones
En junio pasado sucedieron al menos dos episodios de ingreso de balas, uno en la casa de condenados y otro en la de imputados. La primera alerta se generó cuando la guardia de Gendarmería de forma sorpresiva allanó las habitaciones de los cerca de 20 jóvenes sentenciados, que viven en la casa 1 del establecimiento ubicado en la calle Rancagua, y encontraron dos municiones calibre .38 en la pieza de un interno ya mayor de edad, pero que fue declarado culpable de un homicidio cuando aún no cumplía los 18. Este mantiene una causa vigente por un delito de lesiones graves en contra de un funcionario de Gendarmería.
Dos días después, entre las 14 y 17 horas, en el transcurso de una visita de familiares, una funcionaria encontró otras dos balas calibre .38 en el lavamanos de un baño. Además, al papá de uno de los internos, quien fue a ver a su hijo, Gendarmería lo sorprendió con una munición en un zapato. Este último hecho fue confirmado además por el Sename.
"Después de que se requisaron unas balas, se realizaron varios allanamientos entre junio y julio y, por lo tanto, logramos encontrar más en el patio o en lugares donde los adolescentes las escondieron. Se hallaron unas cuatro, aproximadamente, y esto generó más registros de allanamientos sobre todo al término de las visitas de sus familiares. Siempre el ingreso de balas es porque algo está ocurriendo en el recinto", dice el director regional de Gendarmería, coronel Sergio Castillo Caro.
Gendarmería informó que este año ha realizado tres allanamientos por municiones. Fiscalía, por su parte, aclaró que se han recibido al menos tres denuncias por el hallazgo de balas en el centro.
Agresiones
Una educadora de trato directo, quien por su seguridad no será identificada, fue agredida físicamente hace un par de meses. Recibió un golpe de puño por la espalda de un joven que se encuentra privado de libertad por haber sido declarado culpable de un robo con intimidación.
Una compañera de trabajo fue intimidada por otro interno de la casa de condenados. La afectada presentó una licencia médica. Su pareja también habría sido amenazada. Sename confirmó las agresiones a estas dos mujeres. Sobre el último caso, sin embargo, respondió que no se tenía conocimiento porque no se informó.
"Corresponden a dos hechos aislados en que se vieron afectadas dos funcionarias que se desempeñan como educadoras. En esas ocasiones se activaron de inmediato los protocolos establecidos por el Sename y se efectuaron las denuncias respectivas ante el Ministerio Público", dice la abogada y directora del Centro de Justicia Juvenil de Iquique, Cynthia Garfias Maldonado.
Este medio se contactó con la presidenta regional de la Asociación de Funcionarios del Sename (Afuse), Meisy Ortega, para conocer su versión sobre las agresiones sufridas por sus compañeros de trabajo y el ingreso de drogas y municiones, pero prefirió no referirse. Respondió que como Frente de Trabajadores, conformada junto a la otra asociación de funcionarios (Anfur), que es presidida por Alberto Soriano, no emitirán ninguna información.
Gendarmería informó, por su parte, que este año la guardia de gendarmes ha tenido que intervenir en una ocasión por una agresión a un funcionario, y confesó además que uno de sus efectivos fue golpeado.
El teniente Sergio Salas de la Sección de Investigación Policial (SIP) de Carabineros cuenta que este año su sección realizó una investigación, ordenada por la fiscalía, por amenazas hacia un educador. Según la víctima, su caso no perseveró y quedó en nada.
Drogas
De los tres problemas, el ingreso de drogas a las casas, como cuentan educadores, es el más recurrente en las casas 1 y 2, lo que deja de manifiesto que el control en el acceso al centro está siendo vulnerado. Fiscalía informó que al menos hay cinco denuncias por hallazgos de estupefacientes en dicho centro.
La Unidad de Servicios Especiales Penitenciarios de Gendarmería, junto a perros detectores de drogas, ha realizado este año 20 allanamientos en las casas de imputados y condenados. "Cuando hay dudas o se presume que una persona pudo haber ingresado droga, son más exhaustivos los registros", explica Castillo Caro.
Años atrás, a diario caían "pelotas" al establecimiento, las que eran lanzadas desde la calle y contenían marihuana y otras sustancias, chips y teléfonos celulares. Debían ser entregadas a los reclusos. Esta práctica perdió fuerza cuando el servicio enrejó el perímetro. Sin embargo, hace tres semanas volvió a caer un "aéreo", como son conocidas estas pelotas hechas principalmente con calcetines.
"La tiraron para un joven de la casa 1. Sin embargo, cayó en la cancha de la 2. Sonó la reja, me acerqué y miré un objeto blanco. Luego de unos minutos llegó el jefe de la guardia y se llevó la pelota que contenía un celular y marihuana (…) No conozco a un recluso del centro que no consuma al menos hierba", confiesa Hernán Torrejón.
La abogada Andrade agrega que 9 de cada 10 jóvenes que hoy están cumpliendo una internación provisoria en el Sename, cometieron un delito bajo los efectos de medicamentos del grupo benzodiazepinas, siendo el clonazepam el más consumido. "Las utilizan porque producen un efecto de inhibición un poco más intenso que la marihuana, y una tira de 10 pastillas les puede salir 1.000 pesos y se toman entre 5 y 10 (…) La pasta base, en cambio, es mal mirada entre ellos y la cocaína va en aumento".
Por la presencia de estupefacientes, Garfias Maldonado responde lo siguiente: "Ante la ocurrencia de estos hechos, se han aplicado los protocolos establecidos y se han extremado las medidas de prevención". Sin embargo, la directora del centro no precisó cuáles son. "Sename ha realizado una importante inversión para fortalecer las condiciones de seguridad, instalando nuevas cámaras de tecnovigilancia y mejorando el enmallado y cierre de los lugares por donde podrían arrojar elementos desde el exterior", agrega la directora.
Educación
Desde marzo de este año, siete profesores del Colegio Especial Integrado de Adultos (Ceia) realizan clases a una buena parte de los internos. Comenzaron el primer semestre con una matrícula de 44 alumnos, pero en el segundo periodo que ya comenzó cuentan con alrededor de 32, ya que algunos de sus primeros estudiantes se han ido de la dependencia.
El primer día de clases de estos profesores no estuvo exento de problemas. Como recuerda el coordinador del Ceia en el Sename, Erwin Vega, en la sala de una profesora se generó una riña entre jóvenes, lo que determinó la salida de la maestra. No soportó la situación y prefirió no ir más. "Desde ese enfrentamiento, solo hemos observado en la sala empujones y agresiones verbales entre ellos", dice.
Un docente, de 30 años, comenta que el principal desafío es que los estudiantes duren la hora y media en la sala, pero también se da otra situación que en ocasiones ha alterado el curso de las clases: "Por consumir droga antes de ingresar, se nota que están totalmente en otra: se encuentran drogados, y ahí cuesta mucho enseñarles porque se distraen. Entonces, tenemos que cambiar lo que teníamos preparado por otra actividad para que se mantengan despiertos los tres o cuatro que están 'volados'".
Vega destaca que la experiencia ha sido un desafío que ha progresado positivamente, lo que hoy se refleja con la inclusión de cuatro jóvenes en el Ceia ubicado en Iquique, quienes conocen la experiencia de estar privados de libertad en el Sename.
Dos ya cumplieron su condena y otros dos, en cambio, tienen el beneficio de libertad parcial, según informa Vega. Decidieron continuar estudiando para probar otro camino.
"Preocupa que existan situaciones que antes no ocurrían"
Abogada Natalia Andrade"
"(Por agresiones) se realizaron las denuncias en la fiscalía"
Directora del centro,, Cynthia Garfias"