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Los carabineros que se vinculan con el interior

Dos años cumplió la Patrulla de Atención de Comunidades Indígenas (PACI)que actúa como un enlace entre los habitantes de zonas apartadas y las autoridades.
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Ximena Araya Monroy

Dos años cumple la Patrulla de Atención de Comunidades Indígenas (PACI) de Carabineros, que realiza una valiosa labor en favor de los habitantes de las localidades más extremas de la región.

Con este propósito fue creada junto a otras unidades del país que se ubican en el extremo norte y la zona de la Araucanía, que buscan responder a las necesidades de las comunidades mapuche, aymara, pehuenche y lafqueche, en un contexto de interculturalidad.

La ascendencia indígena del suboficial Antonio Tramolao, quien es el jefe de la patrulla, el sargento segundo Hernán Uria, el cabo primero Alvaro Muñoz y el cabo segundo Víctor Mamani, son la principal fortalezas de este equipo, con lo cual se elimina cualquier barrera cultural a la hora de vincularse en las problemáticas y necesidades de las comunidades del interior.

"En las zonas fronterizas se habla mucho aymara y eso es una de las herramientas principales... porque dominamos la cultura, el lenguaje y las tradiciones que se mantienen en los pueblos", asevera el sargento Uria, quien explica que la mayor complejidad de su labor son las enormes extensiones que les toca cubrir a diario.

"En un principio teníamos temor cómo nos iban a recibir las comunidades porque nosotros somos uniformados, carabineros, no te ven de repente como el amigo, sino como el que viene a sacar partes, detener o parar la fiesta", comenta Uria, una aprensión que se fue disipando a medida fueron tomando contacto con los habitantes más antiguos, yatiris o quienes tuvieran algún tipo de autoridad ancestral, que fue clave para validar su trabajo.

Pese a la adversidad y las inclemencias del desierto, hablan con orgullo de las satisfacciones que les ha dado esta patrulla. "Somos nexo con las autoridades cuando tienen algún problema", dice con orgullo el sargento, lo que en estos escasos años, les ha valido el reconocimiento de estas comunidades, que suman 80 según su propio catastro.

El suboficial Tramolao, complementa que también les toca ver litigios por agua, hurto de ganado o problemas de terrenos que se resuelven entre las partes, evitando que lleguen a instancias de tribunales.

La labor de la patrulla no se ciñe solo a lo estrictamente policial, ya que una vez que terminan su labor que comienza a las 9 de la mañana y culmina a las 19 horas, antes del colgar el uniforme les toca redactar cartas para agilizar consultas médicas, que se facilite el pago de pensiones para los ancianos y otros trámites que requieren los lugareños.

También desempeñan una labor educativa porque en sus extensos recorridos se dan tiempo de visitar las escuelas, que a veces cuentan con un solo alumno como en Huaviña o Soga, donde entregan charlas valóricas sobre la importancia del respeto a los padres, los efectos nocivos del cigarro y la importancia de una alimentación saludable.

"Como son pueblos lejos de las autoridades, nos invitan para el 21 de Mayo, el día del profesor, el día del medioambiente...siempre tratamos de llevarles algo a los niños, a veces de nuestros sueldos compramos algunos dulces y los niños nos esperan con mucha alegría", dice con satisfacción Uria.

Un aporte que la comunidad les agradeció esta semana con un acto en el Jardín Infantil Estrellita del Desierto de Huara.

"En las zonas fronterizas se habla mucho aymara...dominamos la cultura, el lenguaje y las tradiciones".

Sargento segundo Hernán Urria, integrante de la PACI"