Camila Espinoza López
El celular se ha convertido en un elemento indispensable para la vida de muchos, casi como una extensión del organismo. Por lo mismo, hay quienes no se despegan del aparato ni para ir al baño o ir a dormir, conducta que trae como consecuencia el temor a quedar sin batería.
Cuando este temor se vuelve angustia es cuando se puede sospechar que se padece un mal de estos tiempos: la nomofobia.
Esta enfermedad se puede definir como el temor irracional a salir a la calle sin celular. Es decir, a estar desconectado de la tecnología.
Proceso paulatino
Luis Pino, docente de la escuela de psicología de Universidad de Las Américas-UDLA, recomienda enfrentar este problema tratando de disminuir el uso del aparato, en forma progresiva.
"Me siento mal y dejo de estar mal cuando tengo el celular. Por lo tanto, voy generando una relación de dependencia. Lo que debe hacer la persona en este caso es comenzar, paulatinamente, a desprenderse del objeto", dice Pino.
Añade que, para lograrlo, ayudará establecer metas iniciales: "Se puede contar cuántas veces se revisa el celular y hace uso de las redes sociales o las aplicaciones, en un minuto. Y, si estoy mirando cada cinco minutos el Facebook a través de celular, comienzo a disminuir la frecuencia. Por ejemplo, a revisarlo cada 10 minutos", dice.
La desconexión
Un problema que afecta a quienes "no pueden vivir" sin revisar su celular queda en evidencia en vacaciones. Ya que, a pesar de estar alejados del trabajo y con tiempo para descansar, muchos no logran desconectarse.
En estos casos, dicen los expertos, se podría optar por visitar lugares quizás más apartados, donde no siempre se pueda tener señal del celular y, de vez en cuando, dejar de lado el dispositivo.
"En algunos lugares, es posible encontrar acciones que apuntan a generar momentos de desconexión. Por ejemplo, existen restaurantes donde los teléfonos celulares no están permitidos y se los debe dejar en un locker, de manera que, en la mesa, nadie tenga su teléfono, generando una instancia de conversación", sostiene Juan Pablo Bustamante, subgerente de línea de accesorios de Mall Connection.
Apoyo
Pino plantea que también es clave en este proceso apoyarse en otra persona.
"Quien te va a ayudar a desconectarte es otra persona, porque, en definitiva, lo que uno está haciendo con los celulares son relaciones humanas, no está vinculándose con una máquina", recalca.
El experto destaca que "la tecnología lo que hace es que viene a suplir y a optimizar las relaciones humanas, porque son más inmediatas, más rápidas. Y, si me voy a tomar un tiempo fuera y a desconectarme, lo ideal es que lo haga con un tercero".
Administrar el uso
Pino agrega que resulta positivo que las personas establezcan sus propias reglas para usar el celular: "Eso tiene que ver con qué tan disciplinada sea una persona. Podemos comparar personas que no necesitan de otro para dejar de fumar, con disminuir el uso del celular. Hay personas que fumaban dos cajetillas diarias y solos, por su motivación, comienzan paulatinamente a controlarse y a administrar su vida: por ejemplo, voy a fumar solo cuando salga o el fin de semana".
Una opinión similar tiene Dominique Karahanian , psicóloga y académica de Universidad Mayor. "Una manera de prevención tiene que ver con tener una cultura del uso que le vamos a dar al celular. En el sentido de tener ciertos tiempos para usarlo y tiempos de poder desconectarse. Todo eso te va a llevar a un lugar en el cual te conectes de manera sana con el dispositivo", dice. Añade que "en Europa lo que están haciendo es usar un celular antiguo para el fin de semana. Lo compran como un segundo celular para desconectarse de internet. Si me quieres ubicar el fin de semana, me ubicas en ese teléfono".
"Quien te va a ayudar a desconectar es otra persona. En definitiva, lo que uno está haciendo con los celulares son relaciones humanas".
Luis Pino,, docente de la UDLA"