Crismary Castillo Marengo

El distintivo olor a queque de plátano o de un bombón de chocolate resalta en las preparaciones que dos jóvenes iquiqueñas comenzaron a hacer siendo apenas unas adolescentes que recorrían en bici el centro de la ciudad vendiendo sus productos.

Ellas son Alejandra Alarcón y Helena Martínez quienes luego de unos años y de culminar sus estudios universitarios apostaron por probar en serio la repostería libre de alimentos de origen animal y crear su emprendimiento denominado "La Madriguera Vegana".

"El nombre lo escogimos porque nos gustan los roedores y queríamos relacionarnos con nuestro trabajo. Además cuando comenzamos teníamos el nombre de "La Madriguera Chocolatera", explicó Martínez.

Sus inicios fueron con bombones que ellas mismas fabricaban y los mezclaban con mango y otras frutas de la zona.

Autodidactas

"Cuando optamos por el veganismo no era como ahora que ibas al súper y te encuentras con una sección vegana. Entonces sí o sí aprendimos a cocinar y las recetas las aprendías oralmente y hasta ahora hemos hecho casi todo de forma autodidacta", contó Helena.

Sobre el porqué decidieron hacer dulces veganos ambas explicaron que este es su modo de vida desde hace más de diez años y es el que quieren compartir a través de la comida.

Sus preparaciones son de diversos tipos de queques de frutas y de cacao. "También estamos orientando nuestras preparaciones a los dulces tradicionales porque siempre queremos volver a comer esos dulces de la infancia y, por el otro, dar a entender que no se necesitan productos de origen animal para hacer esas preparaciones", dijo.

¿cómo lo hacen?

Sus dulces de maicena, por ejemplo, son hechos con manjar de soya y otras alternativas vegetales. "La leche que usamos es vegetal: de soya, almendras o arroz. Y el huevo depende del tipo de masa que estemos preparando ya sea dulce o salado, se reemplaza con plátano, chía o linaza. Hay un montón de variedades según la receta", manifestó Alarcón.

Sobre los precios de estos productos la cocinera explicó que si bien las leches vegetales tienen un costo un poco mayor a la leche de vaca, esto no se traduce en un costo elevado de sus productos.

"Si un quequito vale $400, el que nosotros hacemos cuesta $500. No es mucha la diferencia en realidad. Siempre tratamos de que sea accesible para todos", dijo y añadió que su idea es que si alguien decide optar por el veganismo no piense que dejará de comer cosas ricas.

Derribando el mito

"Con nuestro trabajo queremos vencer el mito de que ser vegano es caro y es fome. Todos piensan que ser vegano es comer ensalada y galletas con mermelada. De alguna manera se le baja de nivel y no es así. Ser vegano es comer rico y hacer un queque con estos ingrediente no es complicado como se cree", comentó.

En la variedad está el gusto y es por ello que estas jóvenes creen que se trata precisamente de mostrar sus productos multicereales, sin azúcar a quienes no conocen aún el veganismo.

"Hacemos chocolates con frutos secos y semillas como sésamo tostado, quinua, maní, almendras y nueces. Recientemente creamos una variación gourmet con mix de India que tiene toques picantes y también cocinamos unos pequeños snacks con harina de garbanzo y arroz", describió.

A su parecer a la hora de preparar sus productos siempre piensan en llevar activamente el veganismo y hacerlo su modo de generar ingresos.

"Lo que nosotras queremos dar a conocer es que se puede vivir sin necesidad de maltratar animales para comer. Solo hay que tener amor y fuerza de voluntad. Es difícil comenzar pero uno va tomando conciencia y luego es casi imposible volver atrás", planteó.

"Ser vegano es comer rico y hacer un queque con estos ingredientes no es complicado".

Helena Martínez, repostería vegana, sobre dulces libres de ingredientes de origen animal."