Alimentan el cuerpo y alma de los escolares iquiqueños
Manipuladoras de la Escuela Gabriela Mistral instauraron premio Filomena Valenzuela para motivar hábitos.
Egley Cortés, quien lleva cuatro años desempeñándose como manipuladora de alimentos, era testigo de cómo los niños dejaban su almuerzo cuando servían legumbres o verduras y se le ocurrió una brillante idea para revertir esta situación: incentivarlos a través de pequeños premios para que los escolares formaran hábitos y asistieran regularmente a alimentarse.
Así nació el proyecto Filomena Valenzuela, bautizado de esta forma en honor a la cantinera que acompañó a su marido en la Guerra del Pacífico, que es considerada la primera manipuladora de alimentos y quien junto a otras mujeres cocinaba, curaba heridas, cosía la ropa de los soldados y les proveía de agua en pleno combate.
Idea
La trabajadora partió con la iniciativa hace cuatro años, los dos últimos en la Escuela Gabriela Mistral.
"Estas ideas se las planteé a mis compañeras, las motivé y ellas me apoyaron en todo momento a realizar este proyecto", explicó esta mujer, quien anteriormente se desempeñó como auxiliar de párvulos, con lo cual se entiende su empatía con los niños y su manejo de psicología infantil.
Bajo este impulso imprimieron diplomas de honor para destacar a los alumnos de cada curso, tanto en conducta como en asistencia. Asimismo mandaron a confeccionar medallas y compraron obsequios, que no tenían otro propósito de motivar el respeto en los comedores, es decir, que los estudiantes saludaran, dieran las gracias y se trataran con respeto en el salón de comidas.
Como una forma de garantizar la transparencia y ecuanimidad de esta premiación, siempre se han guiado por el control de asistencia de la encargada del comedor.
"Para que no crean que hay preferencias o son hijos de una amiga", resaltó la organizadora.
El primer año del concurso los premios salieron del bolsillo de las manipuladoras, sin embargo este 2017 el establecimiento las apoyó con los premios.
Reconocimiento
"Ellas se han incorporado con la formación de buenas conductas y hábitos de nuestros estudiantes. Se están involucrando en la labor educativa", destacó la directora de la Escuela Gabriela Mistral, María Amparo Lobos, quien resaltó el hecho que ellas pese a no ser funcionarias del establecimiento -son empleadas por una empresa externa que provee del servicio de alimentación a Junaeb- están profundamente vinculadas con la formación de valores y buenos hábitos.
La entrega del estímulo se efectúa durante el mes de octubre, fecha en que precisamente se resalta la labor de estas trabajadoras y su contribución al bienestar y desarrollo de los niños de Chile.
En la ocasión organizaron un acto junto a los profesores de la escuela donde se destaca el comportamiento y asistencia de los estudiantes, quienes felices reciben sus obsequios.
Esto se acompaña por un diario mural en el comedor del colegio, donde se instalan las fotos de los estudiantes destacados, lo que motiva al resto a querer alcanzar este reconocimiento.
Como si fuera todo, esta proactiva manipuladora innovó con un buzón que fue instalado en el comedor para que los niños depositen sus cartas con felicitaciones o sugerencias. "Esto se me ocurrió para saber en qué estamos fallando también", afirmó la eximia cocinera, quien detalló que hoy se seleccionarán las mejores cartas, las cuales también serán premiadas en el Fashion Day del colegio.
Acto
Junaeb también conoció de esta iniciativa, razón por la cual el pasado 19 de octubre se les entregó un estímulo en un acto realizado en el Salón Iturra de la Intendencia, que contó con la asistencia del director nacional de la institución, Jaime Tohá, quien resaltó la labor de estas trabajadoras.
Después de todos estos homenajes, la aspiración de Egley es inspiradora. "Me sentiría muy contenta que este proyecto se expandiera a los demás establecimientos educacionales", comentó Egley, quien detalló que la idea contribuyó a que aumentara la asistencia en los días cuando ésta mermaba un poco, es decir, cuando servían legumbres o jurel, platos que no son muy apetecidos entre los más pequeños.
"El respeto cambia, todos se motivan con el buenos días, está muy rico tía, muchas gracias", comentó con satisfacción esta trabajadora que se atrevió a innovar e ir más allá de sus funciones.
Egley es una trabajadora muy especial, que además se maravilla con la historia. "Tengo que ir a dejarle flores y agradecerle por todo lo que la he nombrado", señaló sobre la figura de Filomena Valenzuela, quien para desconocimiento de muchos fue sepultada en el Mausoleo de los Veteranos de 1879 en el Cementerio N°1 de Iquique, siendo luego trasladada a su natal Copiapó.
Compañeras
La iniciativa fue posible al apoyo y colaboración de sus compañeras de trabajo. Una de ellas es Daicy Araya, quien lleva 10 años alimentando a los niños de Tarapacá.
Son las 11.30 horas y en la cocina se vive un frenético movimiento, ya que el equipo de manipuladoras realiza una coordinada labor, afinando los últimos detalles para la entrega de 370 raciones de alimentos.
Daicy explica que los platos preferidos de los niños son el pollo y la carne. "Lo que no les gusta es el jurel y es tan importante por el Omega 3, pero nosotros tratamos de hacer diversas preparaciones, guiso, pastel y croquetas y estos dos últimos les gustan", detalló la experta en alimentación, quien confesó que en su hogar no le gusta cocinar.
"Aquí le pongo todo mi corazón y talento para que ellos lo consuman", dice con ternura y sencillez, pues está consciente que para muchos niños de la región es la única alimentación que reciben durante el día.
Marta Bugueño, quien acumula 8 años de experiencia, recuerda que fue una tía quien despertó su interés y amor por la cocina.
"Mi mamita se enfermó, tuvo una operación a corazón abierto y me quedé a cargo de una tía y gracias a ella aprendí a cocinar y me gustó", lo que con el paso de los años se convirtió en el sustento de su hogar, razón por la cual efectuó un curso de manipuladora de alimentos apoyado por el Servicio de Capacitación y Empleo a través del Programa Mujeres Jefas de Hogar.
"Ellas se han incorporado con la formación de buenas conductas y hábitos de nuestros estudiantes".
María Amparo Lobos, directora de la Escuela Gabriela Mistral."
"El respeto cambia, todos se motivas con el buenos días, está muy rico tía y muchas gracias".
Egley Cortés,, manipuladora de alimentos."