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Clonazepam: droga que seduce a jóvenes y adultos de Tarapacá

Su venta y consumo en Iquique y Alto Hospicio, a veces en colegios, mantiene en alerta a las policías. Sin embargo, la falta de denuncias y dificultad para detectarlas hace que funcione como una droga "silenciosa".
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Carlos Luz Aguilera

El jueves pasado, detectives del plan Microtráfico-Cero de Alto Hospicio llegaron a un domicilio de la población Raúl Rettig para detener a una mujer traficante de pasta base y marihuana. Cuando allanaron su casa, encontraron también comprimidos de clonazepam. Tres días antes, policías de la Brigada de Delitos Económicos detuvieron a otras dos mujeres que se dedicaban a vender este fármaco en Iquique.

En septiembre en Alto Hospicio, la PDI retuvo a un alumno por vender clonazepam en su colegio a menores de edades distintas. El imputado fue internado en un centro psiquiátrico de la comuna. Antes, personal del OS-7 de Carabineros recibió una denuncia de un estudiante de un colegio céntrico de Iquique que acusó a un compañero de ofrecer esta sustancia en el establecimiento.

Episodios como estos han ocurrido este año en que el clonazepam ha sido parte del decomiso de las policías, sustancia que actúa como un sedante hipnótico, relajante muscular, ansiolítico y anticonvulsivo, según el libro "Las bases farmacológicas de la terapéutica". Es un fármaco que si bien se vende menos que la marihuana, pasta base y cocaína, hay personas en ambas comunas que lo compran y venden, lo que mantiene alerta a Carabineros y PDI.

La jefa del plan Microtráfico-Cero en Alto Hospicio, inspectora María Paz Aguilera, dice que los jóvenes son los que más consumen. "De 18 años hasta escolares que por probar algo comienzan con las pastillas (...) Además, cuando comenzamos con MT-O (en 2015) no era muy común encontrar clonazepam, pero de un tiempo a esta parte se ha hecho más común encontrarlo a la venta".

A principios de 2017, una estudiante, de 17 años, de un liceo técnico-profesional de Alto Hospicio, ubicado en el sector Centro, observó a dos alumnos bajo los efectos del clonazepam. "Eran chicos de 15 a 16 años, de primero y segundo medio, que ingresaron al colegio 'empastillados'. Los llevaron a inspectoría", recuerda la adolescente quien prefirió resguardar su identidad por seguridad.

Peligros

La perito químico Candy Jamett, de la PDI, explica que si el clonazepam se mezcla con alcohol, otra práctica entre jóvenes, producirá amnesia. "Y si se hace con otros fármacos inductores del sueño, la persona quedará 'botada', no tendrá reacción, se desmayará". Comenta además que esta sustancia ha sido usada en casos de violación para que la víctima no se oponga, y por delincuentes que drogan a una persona para que entregue su dinero. "Tú bajas la guardia y no esconderás nada (como las contraseñas de tarjetas bancarias)".

Dependencia, problemas neuronales y al hígado son consecuencias de un consumo prolongado de clonazepam, dice Jamett. "El individuo va a andar más somnoliento y bajará su rendimiento cognitivo (…). El fármaco actúa bajo un receptor neuronal, pero si lo estimulo mucho, este no va a reaccionar porque estará malgastado y no habrá nada que baje la ansiedad".

Un estudio de la Universidad de Burdeos en Francia, publicado en 2012, demostró que su consumo prolongado puede generar demencia e incluso Alzheimer. El riesgo es 50% más en comparación con las personas que no las usan.

Según datos del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda), de enero a septiembre de este año, el 18% (48) de los 265 menores de edad que se encuentran en programas de tratamiento en convenio con Senda en la Primera Región, se trata de adolescentes que se están rehabilitando de una adicción a fármacos. De la población adulta consumidora de drogas (379), los pacientes por pastillas no alcanzan el 1%.

Angélica Lagos, encargada del Hospital de Día del Adulto, del Hospital Regional, estima que entre un 15% y 20% de los pacientes que llegan por consumo de drogas, corresponde a adictos a benzodiazepinas, grupo al que pertenece el clonazepam, siendo más mujeres que hombres. "Vienen derivados del área de psiquiatría. Generalmente se asocia al diagnóstico de trastorno de personalidad con consumo de estas sustancias".

"Existe un fácil acceso a los medicamentos a través del comercio formal, donde las personas pueden acceder a la compra de estos con una receta médica. Pero también lo pueden hacer en el comercio ilegal a través de ferias, donde no tienen mayores problemas. Esto permite un aumento en el consumo", dice la directora regional de Senda, Solange Benedetti.

Hugo Marín, presidente de la Junta de Vecinos Central de Iquique, también enfatiza en la venta y compra de fármacos en las distintas ferias libres. "Hace más o menos dos años los adultos mayores venden fármacos a los jóvenes, quienes generalmente los consumen en los carretes en las playas (…). Como el tráfico de pastillas no tiene la relevancia social que sí tiene el de la cocaína y marihuana, la gente no le da el interés suficiente a este tipo de drogas. No hay conciencia del daño que provoca; estamos creando nuevos adictos".

También te ofrecen por internet, dice el jefe de Microtráfico-Cero de Iquique, subcomisario Pablo Rodríguez. "Una tira te la pueden vender a $5 mil, $15 mil". Las farmacias son otra opción para conseguirlos a través de recetas falsificadas o sustraídas de una consulta médica, cuenta el jefe del OS-7, mayor Mauricio Díaz. "Llegan además de países vecinos".

Dificultades

El OS-7 está desarrollando dos investigaciones por la venta de sustancias psicotrópicas, una con el Ministerio Público, en los sectores norte y centro de Iquique. "Una nace por la denuncia de un padre en que a su hijo le habrían ofrecido pastillas. La otra tiene relación con la venta de fármacos en un determinado lugar", informa Díaz. Además se están monitoreando las redes sociales, sobre todo Facebook, por existir grupos cerrados dedicados a su venta.

Microtráfico-Cero de Alto Hospicio, por su parte, tiene en curso una investigación, junto a la Fiscalía de la comuna, sobre una venta de clonazepam desde un domicilio. Microtráfico-Cero de Iquique, en tanto, comenzó algunas indagaciones por denuncias de que se estarían vendiendo sustancias distintas, entre ellas el clonazepam, en internet. "En páginas de Facebook (creadas en Iquique) se vende bastante", dice Rodríguez.

Díaz del OS-7 explica que es complejo abrir más investigaciones sobre clonazepam u otras sustancias por la falta de denuncias, en su caso al fono 135, y lo difícil de detectarlas. "Ubicarlas para nosotros no es fácil. Además se pueden transportar sin mayores problemas, porque no es como un kilo de algo que es más palpable". "A los perros policiales también les cuesta", añade el subcomisario Rodríguez.

Ambos cuentan que gran parte de las incautaciones de las sustancias psicotrópicas se dan en casos de tráfico de otras drogas. El jefe de la Brigada de Antinarcóticos y Contra el Crimen Organizado (Brianco), comisario Marcelo Soto, confirma el mismo fenómeno: "Con base en investigaciones apartes de estupefacientes las hemos hallado en domicilios". "(Los traficantes) en su stock de drogas tienen estas pastillas. Una, por ejemplo, la venden a mil pesos", agrega Aguilera.

Respecto al fenómeno en los colegios, Soto dice que han visitado algunos establecimientos este año por la presencia de comprimidos de la familia benzodiazepinas: "Muchas veces se ha detectado que los estudiantes los han obtenido por medio de otros compañeros o porque han sido hurtados de sus propias casas o de familiares".

Que la gente aún no sopese los riesgos de este comprimido, el subcomisario Rodríguez lo ejemplifica de la siguiente manera: "No denuncian porque no asimilan el golpe social de estas sustancias, pero sí lo ven con otras drogas como la cocaína base. Ven al clonazepam como un remedio, pero sus consecuencias negativas son igual de graves. Por ejemplo, un vecino que ve a una persona vendiendo medicamentos, no le llamará mucho la atención, porque los consumidores de sustancias psicotrópicas no son los típicos adictos a la pasta base que van a estar cerca de su casa".

Para Carolina Retamales, presidenta regional de la Confederación de Padres y Apoderados, el consumo de los adolescentes es responsabilidad, en buena parte, de los padres: "Mucho control de los niños no se tiene. Los papás no tienen conciencia de que sus hijos están consumiendo todo tipo de medicamentos, porque trabajan más de 45 horas diarias y se dedican más a conseguir el dinero para la casa".

"El individuo bajará su rendimiento cognitivo"

Química forense de la PDI"