Flexibilidad laboral
El primer estudio "Empresa y Sociedad", realizado por la Corporación Empresa y Sociedad (CES), de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), da cuenta de la relación entre las personas y sus empleos.
La encuesta -realizada a 1.007 trabajadores mayores de 18 años, de todos los niveles socioeconómicos y residentes en todas las regiones del país- reveló que el 87% está de acuerdo con dar mayor flexibilidad laboral en la empresa, mientras que solo el 8% estuvo en desacuerdo.
Pese a ello esta es una realidad que se está manifestando desde hace varios años, donde las nuevas generaciones además, no apuntan a una estabilidad laboral, sino más bien a estar en busca constante de nuevos horizontes.
Del mismo modo, los nuevos trabajadores buscan tener un buen equilibrio entre la vida laboral y la personal, por lo tanto prefieren desempeñarse en funciones que les permitan tener una buena cantidad de tiempo libre.
Para lograr dicha estabilidad, el trabajador del siglo XXI ve como una oportunidad la mayor flexibilidad laboral al interior de la empresa en que trabaja.
En este sentido, y de acuerdo al mencionado estudio, en el grupo etario de entre 18 y 24 años, el 92% está de acuerdo con una mayor flexibilidad, lo que disminuye al mismo tiempo que aumenta la edad de los encuestados.
Los trabajadores de entre 35 y 54 años están de acuerdo en un 85%, mientras que de 55 años en adelante cae levemente a 84%. La flexibilidad es más valorada por mujeres (89%) que por hombres (85%).
Esta realidad presenta nuevos desafíos para las grandes empresas y también para un Estado que debe adecuarse.
La flexibilidad permite a las empresas ser más eficientes, ya que muchas labores que deben contratarse en jornada completa podrían realizarse fácilmente en part time o freelance, lo que permite que el trabajador solo vaya a la oficina en casos específicos y su labor la ejerza desde la casa.
De esta forma, es importante continuar legislando al respecto, lo que implica favorecer esta ansiada flexibilidad pero al mismo tiempo preocuparse de que no afecte a los beneficios de seguro social o al ahorro previsional, lo que a la larga podría ser muy perjudicial para el país.
"Esta realidad presenta nuevos desafíos para las grandes empresas y también para un Estado que debe adecuarse".