Según datos de la Superintendencia de Pensiones (SP), los ingresos imponibles de los cotizantes de las AFP en la región se duplicaron en los últimos 10 años.
Si bien la cifra parece alta y nadie siente que su nivel de vida haya mejorado tanto en este periodo de tiempo, es importante reconocer varias causas que pueden dar cuenta de esta alza y que también hacen que no se perciba como tal.
En primer lugar está el factor de la minería, la cual entró de lleno en la región a fines de la década del 90, pero que 10 años más tarde alcanzó sus niveles más altos en cuanto a productividad.
En este sentido, los elevados sueldos de los mineros comenzaron a incidir en diversos factores, uno de ellos el inmobiliario. Estos trabajadores comenzaron a invertir sus salarios en el rubro inmobiliario, encareciendo uno de los gastos principales de un hogar, que son el arriendo o el pago de dividendos.
El promedio actual del salario de la región, según el mismo informe, es del orden de los $753.200, sin embargo, en muchos casos el costo habitacional puede llegar a la mitad de este ingreso e incluso a más.
Asimismo, muchos de los servicios en la región fueron incrementando su valor debido al alza en el nivel adquisitivo promedio de los tarapaqueños, pese a que una buena parte de los trabajadores de la minería no necesariamente viven en Tarapacá.
En algunos aspectos se han hecho esfuerzos por reducir este impacto, por ejemplo con subsidios más altos en el caso de la vivienda, con el fin de que familias de clase media emergente también puedan acceder a subsidios que les permitan comprar una propiedad, sin embargo, muchos solo pueden acceder a inmuebles en Alto Hospicio, donde el valor es mucho menor.
Es necesario analizar el tema a futuro, ya que actualmente el costo de la vida en el país es uno de los más caros de Latinoamérica, sobre todo cuando hablamos de las regiones mineras.
Si bien hace un par de décadas era habitual decir que una de las principales bondades de vivir en Iquique era el bajo costo de vida debido a ser una zona franca, la realidad comenzó a cambiar y, lo peor, se trata de una situación que pareciera no tener vuelta atrás, aunque se pueden tomar medidas para paliarla.
"El promedio actual del salario de la región, según el mismo informe, es del orden de los $753.200".