Secciones

Karina Zeballos y una vida a través del piano

A los 6 años comenzó a estudiar el instrumento musical y a los 19 dictó clases por primera vez.
E-mail Compartir

Karina Sánchez

En vez de jugar con muñecas, con tan sólo 6 años de edad, Karina Zeballos tocaba el piano y disfrutaba de la música clásica.

Aprendió a leer partituras y a conocer las piezas de grandes genios como: Mozart, Chopin y Beethoven.

Recuerda que estudió en la Escuela Artística, lugar que hoy ocupa la Escuela Violeta Parra; luego pasó a la Corporación Cultural de Iquique, donde funciona actualmente el Palacio Astorca.

En su etapa adulta recibió clases en la Escuela de Arte de Concepción y fue alumna de profesoras de la Universidad Católica de Chile.

Su madre estudió piano cuando pequeña, pero lo abandonó y esa frustración de no haber continuado la alivió haciendo que una de sus hijas cumpliera su sueño.

Vocación

Karina es la tercera de tres hermanos, uno de los hombres estudió violín y pintura al óleo, mientras que una de las mujeres es buena para cantar, pero solo ella le ha dedicado su vida a la música.

Recuerda que su padre, al ver que se destacaba en las clases, le regaló su primer piano profesional a los 9 años. Ese fue uno de los días más felices de su vida y con su sonrisa reafirma que esa es su vocación.

Sus delicadas manos, blancas, lucen unos dedos delgados, que cuando tocan el teclado parecen correr presurosos, de un lado a otro, en una danza eterna que le da vida a las notas de una partitura que a simple vista no dice nada, pero que al ser interpretada con magistral destreza producen sonidos que llegan al alma.

De alumna a maestra

En 1996 se casó con la única persona que, aparte de su padre y de su madre, era capaz de sentarse a escucharla tocar durante horas, sin cansancio y con profunda admiración.

Ese mismo año dio clases de piano por primera vez, a un grupo de alumnos taiwaneses que pertenecían a la clase de su suegra, la profesora Ida Recabarren, y que tuvo a su cargo durante las vacaciones de verano.

"Las madres de tres niños a los que le di clases me pidieron que continuara con ellos", comenta la pianista y así fue como decidió dedicarse a ser profesora, en vez de ser concertista y famosa.

La pareja decidió no tener hijos, de manera que ese vacío lo llenan sus alumnos, quienes tienen la particularidad de ser de nacionalidades diversas: coreanos, taiwaneses, japoneses, chinos, franceses, estadounidenses, peruanos y los chilenos que son la minoría.

Comenzó con tres estudiantes y ha llegado a tener 24, con edades desde los 4 años hasta la edad adulta, porque ella piensa que "no hay límite de edad para aprender el piano".

Cuando sintió que se le hacía difícil enseñar a los más pequeños, decidió estudiar Educación Parvularia en la Unap y hace tres años da clases en un colegio bilingüe.

Pasión por la música

Su día comienza a las 7:40 en la escuela de párvulos, donde sale a las 15:30, y de allí hasta las 20:30 da clases particulares, de lunes a viernes recorre las casas de sus alumnos y los fines de semana abre las puertas de su hogar.

Actualmente, forma parte de la Asociación Latinoamericana de Profesores de Piano (Alapp Chile).

Kary Spink (14), de Nueva York, lleva 6 meses recibiendo clases de piano y dice que su profesora "enseña bien".

Sehun Park (16) y su hermana Selin (13), de Corea del Sur, tienen 6 años como alumnos de Karina Zeballos. Ambos coinciden en que ella les da libertad para elegir los temas que quieren aprender a tocar y el joven agrega que le gusta ir a la casa de la profesora porque les da colación y sus favoritas son las galletas con ají, junto con el chocolate caliente.

Mientras que el esposo de la pianista, Marcos Calle, dice que admira el talento y la versatilidad que tiene ella para tocar un clásico, un tema romántico y hasta una canción religiosa. Para Karina Zeballos la música es una forma de vida.

"No hay límite de edad para aprender"

Karina Zeballos Román, profesora de piano y educadora de párvulos."