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Pablo pasó de cenicienta a ser "El Bravo" del ring

Entrena 25 jóvenes en su escuela Impacto Iquique y promueve su industria de entretenimiento deportivo.
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Karina Sánchez

A los 8 años comenzó a ver competencias de lucha libre en VHS y en tv internacional (vía antena parabólica), dice que su historia es como la de la Cenicienta, porque comenzaron entrenando en la arena de Playa Brava y ahora cuentan con un ring profesional de lucha libre, gracias a un préstamo que le hizo el banco y que aún está pagando.

Pablo Andrés Bravo Gallardo nació el 18 de mayo de 1982. Nunca se imaginó que hoy sería conocido como "Pablo El Bravo".

Es el mayor de tres hermanos y junto a su padre se reunían para disfrutar de los campeonatos de lucha norteamericana, a través de la pantalla chica.

"Las primeras experiencias fueron dolorosas, porque con la gente que nos juntábamos teníamos muy poca experiencia, aquí en Iquique no había nadie que nos enseñara", comenta Bravo.

Luego consiguieron que entrenadores de Santiago y Antofagasta vinieran a enseñarles la forma correcta de dar patadas voladoras, aplicar llaves y cómo caer, a fin de que el golpe no fuera tan duro, y poco a poco perfeccionaron la técnica.

Inicios

Junto a su hermano y siete amigos conformaron el primer grupo de prácticas de lucha libre. En esa época estudiaban en el Colegio Inglés y se fue corriendo la voz hasta que se sumaron nuevos integrantes.

Al egresar del colegio comenzó a estudiar la carrera de traductor de inglés y al mismo tiempo practicaba la lucha.

Por diversos motivos, en el 2008 dejaron de entrenar y en el 2014 un grupo de jóvenes le propusieron retomar el proyecto, pero de manera profesional.

Ahora entrena a 25 deportistas, entre 14 y 35 años, que forman parte de la academia Impacto Iquique.

El año pasado solicitó un préstamo bancario, a 24 meses, y mandó a hacer un ring profesional, el que fue confeccionado en Santiago.

Comenzaron en el Gym AFI, en un pequeño galpón, donde colocaron el ring y entrenan los fines de semana. Con la ayuda de la municipalidad compraron los implementos necesarios, como esquineros, tatamis, faldones y materiales en general.

"Es una historia como la de la Cenicienta, tuvimos que ir de a poco hasta obtener lo que tenemos ahora", afirma Bravo.

Metas

Este luchador no se ha casado, ni tiene hijos, porque hasta ahora se ha dedicado en cuerpo y alma a su deporte. Sus metas no son personales, sino grupales, ahora solo piensa en la internacionalización.

Cada dos meses hacen competencias. Las próximas se están organizando para enero y febrero, luego descansan en abril y vuelven al ring en mayo. "El apoyo de los padres es fundamental y también las ganas superarse y seguir avanzando", comenta Bravo.

Ahora se prepara para viajar a Antofagasta, el 16 de diciembre, para participar en un torneo de lucha libre junto a dos de sus alumnos, mientras prepara lo que en el futuro espera sea una exitosa industria de entretenimiento deportivo en Iquique.

Pablo Andrés Bravo Gallardo, entrenador de lucha libre."

"El apoyo de los padres es fundamental y también las ganas de superarse y seguir avanzando"."