Secciones

Carmen, la maestra pampina que aspira vivir 100 años

Ejerció la docencia durante 30 años, en la escuela de la salitrera Humberstone y en la No. 9.
E-mail Compartir

Karina Sánchez

La maestra Carmen Luna se prepara para celebrar sus 90 años el 22 de enero de 2018. Aunque ha perdido la visión y hay que hablarle fuerte para que escuche, dice que vivirá hasta los 100 años o más.

Sus alumnas nunca la olvidan y hasta la visitan el Día del Profesor, fecha en la que recuerdan las vivencias en la Salitrera Humberstone y sus anécdotas de colegialas.

Esta pampina estudió seis años en la Escuela Normal de La Serena y al graduarse como maestra fue asignada a la Escuela N° 35 de Santiago Humberstone.

La vida le regaló un solo hijo biológico, aunque sus alumnas la llegaron a querer como a una madre.

Enseñanza

La señora Carmen no se dedicó sólo a enseñar lenguaje, historia y matemáticas, sino que también dio clases de bordado, costura y manualidades.

Siempre fue un ejemplo a seguir, pues sabía bordar, tejer, coser, dibujar, pintar y hasta preparaba queques. En resumen, era más fácil preguntarle qué no sabía hacer.

Recuerda que una exalumna, de un curso paralelo al de ella, le dijo una vez: "Cómo no me voy a acordar de usted señora Carmen, cuando usted fue la que me enseñó a hacer los baberos para mi guagua", comenta y se ríe.

Y es que la sonrisa siempre está dibujada en su rostro y se ve resaltada por el rojo carmensí de sus delgados labios.

"Son historias simples, pero que han quedado grabadas dentro de mi", confiesa con sentimiento y lo dice con las manos puestas en su corazón, porque su vocación por la docencia no se borra, ni con el tiempo.

"Bordábamos unos manteles hermosos, con punto richelieu y punto relleno, también bordamos juegos de cama y pañitos de velador", agrega Carmen Capetillo, una ex alumna.

Capetillo es de la promoción que egresó de Humberstone en 1955 y visita con frecuencia a su profesora, al igual que otras 15 ex alumnas, las cuales viajan desde distintas regiones del país para reencontrarse con esos hermosos recuerdos de la juventud.

Familia

Carmen Luna forma parte de una familia numerosa y fue la menor de 11 hermanos. "Yo era la muñeca de la casa", afirma entre risas.

La familia Luna tenía una casa grande, ubicada en Obispo Labbé con Gorostiaga, de esas viviendas antiguas en cuyas habitaciones cabían hasta seis camas.

Allí vivieron 40 años y poco a poco los hijos se fueron separando, haciendo sus vidas y formando sus propias familias.

La profesora nació en Pisagua, en la comuna de Huara, tuvo un hijo y se casó dos veces, pero en ambos casos enviudó.

Su primer esposo fue un profesor que conoció en la escuela de Humberstone, con el que tuvo a su hijo Aldo, quien la visita todos los días y la llama por teléfono todas las mañanas.

Mientras que su segundo marido tenía tres hijos y ella los ayudó a criar.

También tiene dos nietas, una que es kinesióloga y trabaja en Arica, mientras que la otra es matrona en un consultorio de Iquique.

Jubilación

"Yo siempre dije que trabajaría 30 años y después me jubilaría", afirmó Carmen y así lo hizo. Luego de dar clases en Humberstone, esta maestra fue trasladada a la Escuela N° 9, que hoy se conoce como Liceo Bicentenario Santa María.

Carmen ahora vive junto a una de sus sobrinas, quien comenta que a su tía la operaron de cataratas y quedó mal, por eso están evaluando la posibilidad de hacerle un transplante de córnea.

"Si me llego a operar en Santiago las llamo a todas para que me reciban", dice y vuelve a soltar una de sus carcajadas. Sin duda que el buen humor es la medicina que la mantiene viva y sana.

"Bordábamos unos manteles hermosos, con punto richelieu y punto relleno"...

Carmen Capetillo., Ex alumna., Promoción de 1955."