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"Hermanos, Iquique es tierra de sueños"

Homilía del Papa Francisco en el Campus Lobito tuvo claros mensajes a favor de la migración. Condenó las situaciones de injusticia que deben pasar estas personas en el país.
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Naguib Danilla Segovia

Jorge Mario Bergoglio visitó ayer por primera vez Iquique. Llegada histórica del Papa Francisco se concretó ayer a partir de las 10:20 horas cuando arribó el avión Latam que lo transportaba.

Paralelamente en el campus de Lobito -lugar escogido para la misa- la gente estaba expectante. Se animaba con cánticos y se las arreglaba para descansar esperando la entrada del máximo jerarca de la Iglesia Católica al sitio ubicado a 24 kilómetros del centro de Iquique.

A esa hora se evidenciaba que no existía un lleno total en Lobito, varias parcelas vacías a minutos que llegara Francisco (Carabineros aseguró que no hubo más de 80 mil personas). Pero eso no fue problema para los asistentes, quienes se ubicaron más cercanos al presbiterio.

La algarabía fue total cuando pasadas las 11:00 llegó al campus. Hizo un recorrido durante 11 minutos en Lobito a bordo de su papamóvil y recién a las 11:26 pronunció sus primera palabras hacia los presentes: "La paz sea con ustedes", largó de entrada.

Mensajes en su homilía que estuvieron marcados por el tema de la inmigración luego de destacar las fiestas patronales. Calificó a la capital regional como un lugar marcado por el aporte de los extranjeros.

"Hermanos Iquique es tierra de sueños -eso significa el nombre en aymara- tierra que ha sabido albergar a gente de distintos pueblos y culturas que han tenido que dejar a los suyos, marcharse", dijo el Santo Padre.

Hospitalidad

Inmediatamente, Bergoglio fue afinando su discurso y se enfocó en la hospitalidad que deben tener los habitantes de Tarapacá -y de todo Chile- con las personas de otras nacionalidades. Donde hizo un llamado a no cerrar puertas.

"No hay alegría cristiana cuando se les hace sentir a los demás que sobran o que entre nosotros no tienen lugar (...) Estemos atentos a todas las situaciones de injusticia y a las nuevas formas de explotación que exponen a tantos hermanos", lanzó.

Refiriéndose a las situaciones injustas que deben pasar los extranjeros en Chile, hizo un gran énfasis en la precariedad laboral que viven muchos de ellos cuando inician sus vidas en suelo nacional.

"Estemos atentos a la precarización del trabajo que destruye vidas y hogares. Estemos atentos a los que se aprovechan de la irregularidad de muchos inmigrantes porque no conocen el idioma o no tienen los papeles en regla. Estemos atentos a la falta de techo, tierra y trabajo de tantas familia", puntualizó.

De ahí en más valoró el gran aportes que estos hacen diariamente en los sitios en donde se desempeñan, donde hizo un llamado a nuestros compatriotas a que absorban los valores que los extranjeros traen consigo.

"Aprovechemos también de aprender y a dejarnos impregnar por los valores, la sabiduría e historia que traen quienes siguen arribando a estas tierras. No nos privemos de todo lo bueno que tienen para aportar", manifestó el Papa bajo los aplausos de los fieles.

"bendecida"

El Papa Francisco finalizó su homilía en Lobito agradeciendo a Iquique, y en especial al Norte Grande, lugar al que se refirió de especial forma.

"Que María bajo las distintas advocaciones de esta bendecida tierra del norte, siga susurrando al oído de su hijo Jesús: "no tienen vino", y en nosotros sigan haciéndose carne sus palabras: "hagan todo lo que Él les diga", cerró el Sumo Pontífice ante la atenta mirada de los feligreses.

Sus palabras dedicadas especialmente a Tarapacá concluyeron puntualmente al mediodía. Posteriormente procedió a coronar a la Virgen del Carmen, ceremonia muy aplaudida por los fieles.

Pero inmediatamente se dio otra situación muy emotiva y es cuando entran los representantes de las colectividades extranjeras residentes en Iquique -y de los pueblo originarios- para entregar una ofrenda al Santo Padre.

"Bienvenido a Iquique, lo esperábamos ansiosos. Hoy el Señor ha querido regalarnos este encuentro, permitiendo que esta diócesis de Iquique, y las diócesis hermanas de Antofagasta, Calama, Arica y Copiapó disfrutemos de su presencia", aseveró el obispo de Iquique, Guillermo Vera sobre la visita de Francisco.

Sumo Pontífice al que le regalaron recuerdos de la región como un báculo hecho con cobre y piedras de la región y una cruz hecha de cristales de sal.

"Doy gracias a todos los que han hecho posible esta visita. A las autoridades civiles, y en ellos, a cada funcionario que con profesionalidad ayudaron que todos pudiéramos disfrutar de este tiempo de encuentro. Gracias también por el trabajo abnegado y silencioso de miles de voluntarios", remarcó el Papa Francisco, despidiéndose de Iquique.


"Hermanos, Iquique es tierra de sueños"