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Autoridades y comunidades destacan discurso enfocado en los extranjeros

Calificaron de histórica la visita del Sumo Pontífice. Se refirieron también a la baja asistencia que tuvo la misa en Lobito.
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Naguib Danilla Segovia

Nadie quería estar ausente en esta visita del Papa Francisco a Iquique. Momento único en la historia de la ciudad, al que nadie quiso restarse.

Una vez que llegó Bergoglio a suelo de la Tierra de Campeones, fue recibido por una ramillete de autoridades locales en el aeropuerto Diego Aracena de la ciudad. Entre ellas destacaban, la intendenta de Tarapacá, Claudia Rojas; el alcalde de Iquique, Mauricio Soria, el gobernador iquiqueño, Francisco Pinto.

En la misa, estos mismo asistieron, y se sumaron dirigentes de colectividades extranjeras, y también los diputados de la región, Renzo Trisotti y Hugo Gutiérrez, entre otros, quienes siguieon atentamente el mensaje de Francisco. Todos haciendo oídos de sus palabras hacia los migrantes, y también hubo explicaciones por la baja asistencia en la misa oficial.

Aunque el punto alto en cuanto a las visitas ilustres lo puso el arribo a la capital regional de la Presidenta Michelle Bachelet, quien llegó minutos antes en el avión presidencial al recinto aéreo local y se dirigió directamente al campus de Lobito, donde llegó minutos antes que lo hiciera el Santo Padre.

Ella misma lo fue a despedir, y una vez que Bergoglio dejó la Primera Región, tuvo palabras para destacar su visita.

"Las palabras y acciones del Papa Francisco hacia los pueblos indígenas, quienes viven privados de libertad, los migrantes, jóvenes y nuestro pueblo en general, han sido un testimonio de esperanza en el futuro de Chile", sostuvo.

Añadió que "el mensaje que ha dado de que sigamos avanzando como país en un clima de unidad, fraternidad y solidaridad".

"Ha sido un mensaje muy bonito que tenemos que reflexionarlo, tenemos que llevarlo a la práctica".

Claudia Rojas, intendenta"

"El Papa nos señaló con mucha claridad que no se puede excluir a nadie, menos por consideraciones de raza, etnia".

Hugo Gutiérrez, diputado"

"Se hace cargo de un fenómeno como es la migración, donde él plantea problemas y falta de una política clara".

Renzo Trisotti, diputado"

"Eran dos eventos simultáneos, la gente tenía que decidir por venir a la misa o decidir esperarlo en Iquique".

Mauricio Soria, alcalde de Iquique"

"El Papa fue muy claro, ya que los extranjeros con documentación y sin documentación son las mismas personas".

Williams Coca, comunidad boliviana"

Remarcan mezcla de hospitalidad y fiesta en mensaje de Francisco

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El mensaje de Francisco en Iquique no dejó indiferente a nadie en la capital regional e inmediatamente aparecieron los primeros análisis sobre la relevancia de éste a nivel regional.

El Santo Padre aparte de hablar de los migrantes, también tuvo palabras para los bailes religiosos y cómo estos se viven en Tarapacá.

"¡Como saben vivir la fe y la vida en clima de fiesta! (...) su música, sus vestidos hacen de esta zona un santuario de piedad popular", dijo el Papa casi al iniciar su homilía.

Por lo anterior, desde el Instituto de Relaciones Internacionales de la Unap, liderado por la doctora en Estudios de América Latina Contemporánea. Universidad Complutense de Madrid, Marcela Tapia, formularon un análisis. El que se centró en el remarque que hizo el Santo Padre de la hospitalidad que hay en Tarapacá con su fiesta.

"Se mereció la caracterización como "zona de inmigrantes". Sabíamos que su mensaje se centraría en la población inmigrante, sin embargo sorprendió la relación entre fiesta y hospitalidad, una relación poco comprendida en estos tiempos, pero que adquiere sentido en una región de gran religiosidad popular", comentaron desde el Instituto de la Unap.

En ese sentido, añadieron que el mensaje que plasmó el Papa Francisco fue claro al definir quienes son los migrantes y qué buscan al abandonar sus países de origen.

Lo más decidor para este Instituto, fue cuando se refirió a que "no estamos ofreciendo el vino a los inmigrantes que llegan a nuestra fiesta".

"El Papa interpela a Chile a preguntarnos ¿somos un país de acogida? ¿somos hospitalarios con quienes llegan en busca de sus sueños? ¿invitamos a los migrantes a ser parte de esta fiesta? Sin duda se trata de un llamado de atención, no solo al mundo católico, sino a todo el pueblo chileno", finalizaron en el Instituto.