El Teatro Municipal
El MOP anunció que la comisión evaluadora de la licitación de la restauración de la fachada del Teatro Municipal rechazó las ofertas técnicas de las empresas Talam, Psi y Arauco y anunció que el 1 de febrero se publicará el llamado a un nuevo proceso.
La información no deja a nadie indiferente puesto que el proceso de la restauración del recinto ha presentado sucesivos reveses a lo largo del tiempo. El tema no es nuevo, pues a manera de recuento, el Teatro Municipal de Iquique, principal recinto cultural de la ciudad construido en 1889, está cerrado por problemas en algunas de sus estructuras, lo que motivó en enero de 2010 la contratación de un diagnóstico por parte del municipio y financiado por la Compañía Minera Doña Inés de Collahuasi, adjudicado por la consultora Epsilon, que arrojó múltiples problemas en el sistema eléctrico, servicios sanitarios, de seguridad, plagas y estéticos, entre muchos otros, los que motivaron su cierre parcial el 31 de mayo de 2007, vale decir, hace casi 11 años.
Luego vino el diseño, también realizado por la Empresa Epsilon, la que entregó un presupuesto, pero mientras fue presentado recibió cuestionamientos, principalmente por el retiro de una escalera. Ello en el año 2013.
Finalmente, en el actual gobierno se decidió utilizar el mismo diseño, pero ya los costos habían cambiado.
Finalmente se decidió dividir la restauración, la que se realiza en varias fases, la primera, de control de plagas y catálogo de las piezas históricas del recinto, ya finalizada y luego la fachada y la restauración del resto del inmueble.
En todo este proceso se llegó al 2018 y por ello no es de extrañar que la comunidad esté intranquila en relación al futuro del edificio, el cual es monumento nacional desde 1977.
Es de esperar que desde el 1 de febrero todo sea alegría y pueda al fin llegar uno de los hitos más sentidos de la comunidad, más importante que las firmas de convenio, fotografías y reuniones técnicas, que es la presencia visual y evidente de trabajadores realizando labores en el recinto con el objetivo de que recupere el esplendor que nunca debió perder. También habrá que proyectar la mantención futura del edificio para evitar que se vuelva a deteriorar.
"No es de extrañar que la comunidad esté intranquila en relación al futuro del edificio, el cual es monumento nacional desde 1977".