"Los migrantes pasamos siempre por dificultades económicas"
El boliviano Humberto Montero dejó su país en búsqueda de nuevas proyecciones, y aunque su estadía se tornó complicada salió adelante y continuó en Iquique.
Fue un 31 de octubre del 2014 que Humberto Montero llegó desde su natal Santa Cruz hasta Iquique. Y aunque entre sus anhelos estaba venirse a Chile algún día, su viaje a la capital de Tarapacá fue inesperado y bastante rápido, como él mismo califica.
"Tenía un amigo que se había venido hace un tiempo, él nos recomendó con su jefe para trabajar y fue algo loco y pasajero, y de un día para otro ya estaba aquí", cuenta Humberto.
Pese a que Iquique lo cautivó porque es una ciudad donde todo está cerca, y es "absolutamente caminable", los primeros meses en la ciudad fueron difíciles, principalmente por estar lejos de su familia y de su zona de confort que brinda el hogar.
El choque cultural
Chile e Iquique fue el primer lugar que Humberto conoció fuera de su ciudad y de su país, por lo cual fue experimentar muchas cosas nuevas.
"Fue un choque bastante grande, porque uno sale de su zona de confort, de su estilo de vida. Es chocante conocer nueva gente que tiene nuevo estilo de vida y muchas veces no concordamos en algunas cosas, en el tema de hablar, de los modismos, más que todo lo chocante fue el hecho que uno se viene aquí sin saber lo que te va a esperar más adelante", señala.
En este sentido, reconoce que el llegar a vivir a una pieza al principio fue difícil, pues no tenía la misma comodidad que mantenía en su casa.
"Cuando estaba llegando a Iquique, al principio yo me decía 'me voy a mi país', pero fue ya estamos aquí y hay que seguir para adelante", dice sonriendo.
La realidad migrante
Humberto en Iquique tiene un grupo de amigos compuestos por personas de distintas nacionalidades y varios chilenos también. Sin embargo cuenta que con la mayoría comparten la realidad del migrante, es decir, dejar el país para buscar mejores perspectivas.
"Los migrantes pasamos siempre por dificultades económicas, la situación de Bolivia, es sabido, que está muy fea y uno se viene para progresar un poco más", asegura.
En Santa Cruz trabajaba como encargado de ventas de un almacén de una importadora, lo cual era proporcional con su carrera de Administrador de Empresas que cursó en Bolivia.
"Trabajaba en lo que era mi carrera, estuve tres años y medio hasta que me vine acá", recuerda.
De copero a barista
En Iquique gracias a Dios, como él hace la salvedad, no le ha faltado trabajo, pues ha tenido siempre posibilidad de aprender y abrirse camino.
"Yo llegué un sábado, descansé un domingo y el lunes ya estaba trabajando. Desde ahí no he parado ni he vuelto a mi país desde esa fecha", menciona con nostalgia, ya que a su mente se le viene la imagen de su madre y sus hermanas que siguen en Santa Cruz.
Pese a ello, está muy agradecido de las puertas que se le abrieron acá, las cuales no han estado exentas de dificultades.
"He aprendido bastante, porque aquí he trabajado en los chumbeques, de copero, en lavaplatos, en repostería y ahora en cafetería, cosa que te fortalece bastante. El hecho que te des cuenta que sos capaz de desempeñarte en muchas más cosas de las que creías", explica.
En ese contexto, cuenta que ahora ya sabe preparar un buen café, y que ahora está de cajero, pero que sus metas son seguir desarrollándose en la ciudad como hasta hoy.
"Mis planes son estudiar, tener mis propias cosas. El hogar poco a poco se va construyendo y eso es lo que me mantiene acá", dice con esperanza.
"Cuando estaba llegando a Iquique, al principio yo me decía 'me voy a mi país', pero fue ya estamos aquí y hay que seguir".
Humberto Montero,, oriundo de Santa Cruz, Bolivia."