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Barrio El Colorado y sus niños scouts perdidos en el tiempo

Ya tienen más de 55 años pero aún recuerdan cómo aprendieron a estar "siempre listos" gracias a un cura oblato.
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Vanessa García Villalobos

En el barrio El Colorado de Iquique transcurrió la vida de Mario Olmos y sus amigos quienes dedicaron gran parte de su infancia a estar "siempre listos".

Pescadores, matarifes y ferroviarios eran parte del panorama que veía a diario Mario en la época del '69. Pobladores que entregaron su vida al trabajo esforzado mientras vivían en el famoso barrio que también fue cuna de grandes boxeadores.

En ese entorno, nacieron los primeros grupos scouts, a cargo de un sacerdote belga llamado Wilfredo Roets, reuniendo a niños de los barrios Cerro La Cruz y también del Matadero.

Así nacieron las patrullas "Los Zorros", "Los Castores", "Los Halcones", pertenecientes a la Asociación de Scout Católicos.

"Con un carro de tren de pasajeros en la cancha de la iglesia éramos felices; todos tenían muchas ganas de participar y efectuábamos campamentos en Laonzana y especialmente en Canchones", recordó Olmos quien además relató que el sacerdote asistía en moto a los paseos junto a su mascota "Pele", un pastor alemán que lo acompañaba en cada una de sus aventuras.

El hombre que actualmente tiene 65 años, manifiesta que, en ese entonces, las pesqueras y Caritas Chile otorgaban todo tipo de alimentos, como azúcar, harina, chuchoca y el rico queso medio anaranjado que aún añora entre sus sueños.

Otro de sus recuerdos es Navidad, donde hacían un nacimiento viviente.

"Éramos José, María, los Reyes Magos y los pastorcitos, todos con sus vestimentas hermosas que el cura conseguía para esta ocasión que era muy especial para todos", dice.

Otros momentos importantes lo vivieron con el grupo scout del colegio Don Bosco, donde las risas y travesuras no se hicieron esperar.

"Había una diferencia en lo material, pero en lo espiritual éramos uno solo junto a la Iglesia Católica y a Dios; sólo buscábamos conocer y divertirnos como niños", afirma.

La separación

Las despedidas nunca son bienvenidas para nadie. Y Mario Olmos no fue la excepción. Recuerda con tristeza cómo empezaron a separarse; unos por trabajos, otros por continuar estudios superiores y así cambiaron sus vidas.

"Siempre tendré hermosos recuerdos del escautismo que nos dio valores y una formación sólida. Este grupo creció, se desarrolló y hoy están entre los 55 a 70 años", expresa el hombre.

Sin embargo, una visita del ex cura Wilfredo, cuya vida estos años transcurrió en Bélgica en torno a su nueva familia, hizo remecer los corazones de quienes lo siguieron en sus enseñanzas como niños scouts.

"Nos juntamos porque Wilfredo Roets nos hizo reunirnos con los que quedamos de esa época; a pesar de los 50 años que pasaron todos siguen con las mismas ganas y el entusiasmo de estar siempre listos", expresa Mario.

Así es. Igual que hace 50 años atrás, volvieron a reír y recordar sus mejores anécdotas junto a Roets.

"Nos miramos, nos abrazamos y vemos cómo estamos llenos de canas por los años que han pasado. Contamos anécdotas sobre cómo le robábamos la moto al cura mientras hacía la misa, eran travesuras sanas", recuerda entre risas.

Fue tanta la emoción que les produjo este reencuentro, que para los próximos días tienen planificada una nueva excursión a Canchones para el 23 y 24 de febrero.

Así lo dio a conocer Mario quien comenta además que tienen intenciones de hacer un fogón, recordar canciones y juegos en ese mismo lugar de la pampa que los albergó años atrás cuando aún eran niños.

"Quiero agradecer a Wilfredo en forma personal y creo que también represento a todos esos niños de la época, que con su ayuda somos buenas personas, ya que nos aconsejaba, ayudaba y guiaba. Wilfredo que te vaya bien, muchas felicidades".

"Siempre tendré hermosos recuerdos del escautismo que nos dio valores y una formación sólida".

Mario Olmos"