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[En Verano]

Parca encanta con su particular sencillez

Una iglesia, una cascada, casas de adobe y calles empedradas, dan la bienvenida a este pacífico lugar.
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Karina Sánchez

Un pueblo agrícola, ubicado a 85 kilómetros al noreste de Pozo Almonte, llama la atención por sus hermosos paisajes, tranquilidad y deliciosa gastronomía. Su nombre es Parca.

Conocido por la crianza de conejos y por sus platos típicos, entre los que destaca el picante de conejo, este poblado queda a dos horas de Iquique.

Sus habitantes además son especialistas en la elaboración del licor de membrillo, también conocido como "mistela".

Esta localidad de la comuna de Pozo Almonte aún conserva sus casas de adobe y piedras, una cascada y una iglesia, lugares de interés turístico.

Tranquilidad

"Parca es un lugar tranquilo, vive poca gente y llegan grupos muy selectivos", indica el director de la oficina de turismo del municipio de Pozo Almonte, Augusto Alave.

Y a pesar de su aislamiento, en noviembre del año pasado la localidad comenzó a disfrutar del servicio de internet.

Según lo que comenta Alave, la señora Ericka Ramos es la encargada de prestar el servicio de alimentación, guía turística y demás requerimientos de los visitantes, ya que es una de las pocas habitantes del pueblo.

Fiesta

Durante los días 13 de diciembre las calles de Parca se visten de fiesta, se llenan de música, colores y tradiciones, para celebrar el día de Santa Lucía, su santa patrona.

Según la Agencia Católica de Informaciones, la iglesia celebra la fiesta de Santa Lucía, patrona de la vista, porque, según una antigua tradición, a la santa le habrían arrancado los ojos por proclamar firmemente la fe y volvió a recobrarla.

Las familias Callasaya, Cayo y Guacante, se unen al resto de los habitantes para adornar las calles del pueblo, elaborar arcos de flores para la entrada de la iglesia, vestir santos, organizar procesiones y bailes, las bandas y afinar todos los detalles para que las celebraciones religiosas sean todo un ritual.

En este poblado se combinan las tradiciones propiamente aymaras, como la bendición de la "pachamama", con los ritos de la iglesia católica.