Camila Espinoza López
S e inició el periodo de clases y algunos estudiantes enfrentan el desafío de ingresar a la educación superior: una etapa que resulta diferente al paso por la enseñanza media. Los padres ya no deben acudir a reunión de apoderados, existe una mayor carga académica y los estudiantes no tienen un inspector que controle su hora de llegada a clases.
"Hay que asumir que es un cambio de cultura completo. No sólo en relación con la autonomía, también en cuanto a las relaciones sociales, el modo en que los chicos se vinculan, el tipo de relación que se establece con el estudio y el trabajo", indica Domingo Izquierdo, director de la Clínica Psicológica de Universidad Andrés Bello.
El especialista explica que es normal que, en un comienzo, los alumnos enfrenten un periodo de ajuste por los diferentes cambios que deben asumir.
Buscar apoyo
El psicólogo de UNAB incentiva a los mechones a participar y aprovechar las herramientas académicas que ofrece su casa estudios para contar con respaldo, especialmente en aquellas materias que resultan más complicadas.
"En gran parte de las universidades hay unidades de apoyo académico a los estudiantes, que tienen que ver con la implementación de talleres y tutorías. Creo que en los primeros años es súper útil que los alumnos puedan usar esos recursos. Son instancias que te apoyan un montón en organización de los estudios...", comenta Izquierdo.
Un grupo
El contar con un grupo de estudio y de personas con las que exista afinidad también será clave y hará más fácil lidiar con la carga académica que tenga el alumno.
"Estudiar con los pares puede entregar mayor claridad. Hay que rescatar esa estrategia, que tiene un alto valor de aprendizaje. Los jóvenes hablan el mismo idioma y utilizan ejemplos cotidianos", dice Rodrigo López, director del Magíster en psicología educacional de la Universidad Mayor.
Marcelo Fagalde, docente de la Escuela de Psicología de la Universidad de Las Américas, también se refiere al tema: "Los humanos funcionamos en manadas y la integración estudiantil apunta a la participación de la gran manada que es una unidad educativa...".
El psicólogo de UDLA recalca que tener un grupo de amigos es "una fuente enorme de energía emocional".
También existirían otros beneficios: "La integración a un colectivo de compañeros de estudio proporciona una gran diversidad de historias, estilos y gustos; por lo tanto, se abre una enorme gama de alternativas que potencian y marcan inevitablemente el desarrollo de cada estudiante", indica Fagalde.
Organizar el tiempo
Durante el primer año de universidad otro aspecto importante es que los estudiantes distribuyan en forma correcta su tiempo. "El tiempo es escaso. Si no se puede organizar, difícilmente se logren sortear con éxito los desafíos de la vida académica", señala López.
Cada estudiante debe ordenarse de acuerdo al tiempo con el que dispone, escoger el horario en que más le conviene estudiar y cuándo se dará espacios de esparcimiento.
"En contexto de estudio es necesario organizar mi vida. Tener un horario para levantarse, almorzar y acostarse. No es lo mismo levantarse a las ocho de las mañana o al mediodía a tomar desayuno. También, tiene que haber tiempo para el deporte y recreación", dice el coach educacional.
No llevar a los padres
Al estar en la universidad los estudiantes pueden pasar una gran vergüenza si alguno de sus padres decide interceder por ellos en su lugar de estudios, en caso de que no tengan buenos resultados.
En relación a este tema, Izquierdo señala que hay que mantener la autonomía. "Se debería evitar lo más posible. En la universidad los alumnos debiesen asumir su propia responsabilidad en su formación", apunta.
"Estudiar con los pares puede entregar mayor claridad. Hay que rescatar esa estrategia, que tiene un alto valor de aprendizaje. Los jóvenes hablan el mismo idioma"
Rodrigo López, académico UNAB."