El sistema franco de Iquique, ente que todos los iquiqueños han asumido como propio, es único en muchos aspectos.
Desde su creación algunos se atribuyen su autoría, otros su propiedad por el hecho de ser iquiqueños, hay aquellos que estiman que Zofri es un sistema para apoyar sus particulares intereses y así cual más, cual menos, espera beneficios.
Los grupos de influencia son tantos y tan distintos considerando el prisma con el cual se mire. Cada uno podría tener razón. Sin embargo, existe una empresa cuya propiedad es mayoritariamente del Estado, que como concesionaria administra el sistema con la obligación de lograr utilidades y cumplir con un contrato ley que la rige. Por ello, los conflictos desde la iniciación de sus actividades en 1975 han sido permanentes.
Al inicio de esta semana se concreta una nueva toma del recinto por un grupo que considera que la creación de una empresa de cargadores, que hasta ahora han actuado en la informalidad, constituyen un monopolio.
Quienes se movilizan no pertenecen a dicha empresa. Nuevamente puede que tengan la razón como cualquier otro grupo de interés como se plantea anteriormente. Lo grave es que al protestar en forma violenta, dañan gravemente el sistema.
En la medida que sigan ocurriendo paros y protestas, a los que a menudo se suman los que ocurren en el puerto de la ciudad, Iquique pierde prestigio, actividad comercial y fuentes de trabajo.
Para algunos el sistema debiese ser totalmente estatal con tarifas bajas para operar en el sistema - una suerte de subsidio al empresariado. Otros, también creen que el sistema debiese otorgar beneficios a quienes allí trabajan.
Los gobiernos locales de la región opinan que el sistema debiera proveer mayores ingresos a las arcas de sus respectivos municipios.
Lamentablemente el sistema que la mayoría esperaría, vale decir hacer de Zofri un ente totalmente estatal, en el corto plazo se transformará en una entidad de manejo político. Las instituciones sin fines de lucro pierden todo incentivo para su crecimiento. Por ello, pareciera que lo más recomendable sería privatizar la empresa administradora, dando preferencia para adquirir acciones a los distintos actores de sistema, para que libremente puedan decidir su destino.
De lo contrario existen posibilidades que esta, llamada "palanca de desarrollo" de la región, termine sin un punto de apoyo que le permita crecer.
Luis Alberto Simián