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Temblor evidenció problemas en vías de evacuación en escuelas de Iquique

Escuela Paula Jaraquemada tuvo dificultades para evacuar por "coleros" de la feria que obstaculizan las salidas de escuelas Plácido Villarroel y North College.
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Ximena Araya Monroy

El fuerte sismo que se registró ayer a las 8.12 horas dejó en evidencia las dificultades que algunos establecimientos educacionales tienen para evacuar debido a que a los costados de la feria rotativa se instalan los denominados "coleros".

"Estaba a dos cuadras, iba a mi trabajo y (por el temblor) me devolví y ahí ayudé... Nos costó salir, los niños se quedaron como a media calle porque no había acceso libre", aseveró Carmen Pinto, apoderada de la Escuela Paula Jaraquemada, que tiene hijos en nivel medio mayor, sexto y octavo año básico.

Misma preocupación compartió la directora del Colegio North College, Sandra Urquiola, quien señaló: "A la alcaldía le he mandado más de 10 cartas desde el 2013 y están todas timbradas, a la Onemi, a la Gobernación, a la Seremi de Educación. El año pasado empezaron a mandar a seguridad ciudadana que por lo menos nos mantenía una puerta libre, que era la del frente, pero tampoco duró mucho".

Por esta razón optaron quedarse dentro del colegio. "Los niños saben qué hacer, se metieron bajo las mesas y esperamos que pasara... Pensamos hacer simulacro, pero consideramos que era más peligroso salir que quedarnos en el colegio porque las tres puestas que tenemos para evacuar están llenas de puestos y toldos", señaló la directiva, quien afirmó que la situación afecta a otros establecimientos que también evacúan por estas arterias como el Colegio María Auxiliadora, Academia Tarapacá, Don Bosco, entre otros.

Este Diario inspeccionó las inmediaciones de la feria donde comprobó que las salidas de emergencia de la Escuela Plácido Villarroel tenían diversos obstáculos.

"Estoy justo en el nivel del portón", explicó Caroline Barahona, mientras que Daniela Burgos reconoció un poco confusa que sobrepasaba el límite de la salida con sus rollos de papel higiénico y productos de limpieza. "Solo hoy día, es que fue todo tan rápido", agregó.

La esquina de Bulnes con Errázuriz estaba llena de gente que obstruía tanto la vereda como la calzada, lo que imposibilitaría una evacuación por este par vial.

La directora del establecimiento, Alicia González, explicó que expuso la situación a la Corporación Municipal. "Me manifestaron que estaban haciendo todas las gestiones para poder enviar a las personas de seguridad, también lo conversé directamente con el alcalde... y la respuesta es que están trabajando para sacar a esta gente", dijo la docente, quien añadió que pese a que se corrió la feria, los comerciantes irregulares se instalaron en el espacio.

Ayer en el concejo municipal, la concejala Claudia Yáñez expuso su preocupación por el tema. "Es urgente, en el colegio o ponemos vallas papales para que quede un acceso expedito o ponemos inspectores municipales que digan que no se pueden instalar ahí", dijo la edil.

El alcalde Mauricio Soria sostuvo que el tema será tratado en la mesa provincial de seguridad. "Es un tema que ha sobrepasado todos los límites, hay un abuso del espacio, personas que tienen seis, ocho toldos... Está prohibido vender comida, lo hablé con el gobernador para que actuemos en forma conjunta", por lo tanto existe un ordenamiento pendiente en la feria rotativa, donde no aceptarían el comercio mayorista, ni los restoranes clandestinos.

Intendente

El intendente Miguel Ángel Quezada también abordó el problema de la obstrucción de las vías de evacuación. "Vamos a tener que trabajar en conjunto cómo podemos resolver el problema", expresó. La autoridad hizo un balance donde resaltó que no hubo daños estructurales, salvo algunos derrumbes menores en el Cerro Esmeralda y hacia el aeropuerto y que se verificará los supuestos daños del Colegio Simón Bolívar. "Nuestro seremi de Educación llamó a cada uno de los colegios", donde verificó que no hubo problemas en infraestructura ni en los planes de evacuación.

5,6 grados Richter fue el temblor que alteró la rutina de los iquiqueños.