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Historias de trabajadores tras la ley de inclusión laboral

Empresas nacionales y locales ya cuentan entre sus filas con trabajadores con capacidades diferentes.
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Mariela Cabello Venegas.

"Yo salí de 4° medio con un técnico en Contabilidad y antes de accidentarme estaba trabajando, después me despidieron por razones obvias, que creí en ese momento, así que me dediqué a la terapia, después entre a estudiar a la Universidad del Mar, que se fue a quiebra y después fui mamá. Y por ella (su hija) empecé a buscar trabajo y pero me fue súper difícil, imposible", relata Elizabeth Monsálvez, recepcionista part time de mall Zofri, que tras un accidente quedó con un 70% de su cuerpo inmovilizado.

Según cuenta la joven, que también estudia Trabajo Social, para facilitar su traslado, comenzó a buscar empleo en empresas grandes como supermercados y otras tiendas más grandes de su comuna, Alto Hospicio, pero siempre se encontró con la misma respuesta: "no existe accesibilidad, ni baños accesibles".

Como Elizabeth, hay decenas de casos más, ella sabe que hoy es una afortunada, pues gracias a un programa de la Universidad de los Lagos y Senadis, logró incorporarse al mundo del trabajo hace 3 años en mall Zofri.

Si bien dice que tiene un gran apoyo por parte de su jefatura, cree que la ley de inclusión laboral que comenzó a regir el pasado domingo 1 de abril, que obliga a empresas públicas y privadas con más de 100 trabajadores, a tener al menos el 1% de puestos de trabajos dispuestos para personas con discapacidad, aún queda al debe.

"Siento que hacer una ley para poder integrar o incluir a las personas es fome porque no debería haber una ley que los obligue, pero por otra parte es buena porque así tienen que mejorar los accesos, no solo para las personas que vayan a trabajar, sino que para las demás personas. El 1% no es suficiente, porque las empresas van a cumplir la ley y van a tener 1% y que va a pasar con los demás", cuestiona Elizabeth.

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Según datos que aporta la misma ley, en el sector privado se registran más de 7.600 empresas con más 100 trabajadores, por lo que se liberarán más de 25 mil cupos laborales para personas con discapacidad.

En tanto, en el sector público hay cerca de 158 instituciones, por ende, cerca de 2.500 nuevos puestos de trabajo.

Actualmente, además de Zofri S.A. en la región, existen otras empresas que han adoptado el tema de la inclusión en su lista de trabajadores.

Tal es el caso de la sucursal Iquique de Falabella, donde trabaja Rosa Chambe, asesora del departamento infantil.

Ella cuenta que nació en Ovalle, con algunos problemas físicos y soplo al corazón y pese a que tuvo una etapa escolar complicada con bullying incluido, logró salir y terminar de enseñanza media, lo que para ella fue tremendamente satisfactorio.

De su experiencia laboral, la historia se repite un poco, pues tuvo que golpear muchas puertas, hasta que logró que se las abrieran en esta empresa.

"Estoy muy agradecida porque golpeé muchas puertas, fui a varios llamados y nunca pude concretar ningún trabajo. En estos 3 años que ha estado en la compañía es lo mejor en mi vida", comenta, pues ha creado lazos de amistad importantes.

Actualmente tiene varios proyectos: se inscribió en Inacap para estudiar diseño gráfico, ya que su sueño es tener una Boutique con sus propios diseños en estampados, decoración de carteras y accesorios.

destacados

Germán Manns y de Adriana Urrutia, colaboradores de Unimarc Alto Hospicio y de Mac Donalds en Iquique, respectivamente.

Ambos con una discapacidad cognitiva, son considerados uno de los mejores empleados en sus puestos de trabajo.

En el caso de Germán Manns, de 27 años, se desempeña desde el 2013 como reponedor, además de apoyar en otras labores.

"Mi horario es mixto, depende de cada semana. Hoy, por ejemplo, me tocó tarde. La próxima me toca trabajar en la mañana. Hay días que tengo libres", cuenta Germán, quien asegura le gusta su trabajo porque "no sólo repongo, también ayudo a los demás. Por ejemplo, a los jefes, cuando necesitan algo, les pregunto si necesitan ayuda, eso me gusta hacer".

Germán también tiene su opinión sobre la ley, dice que para él "es excelente, porque da más facilidades a las personas en situación de discapacidad", indica.

Por su parte, Adriana Urrutia, quien trabaja desde hace 15 años en MacDonald's, cuenta que ella está a cargo de "preocuparme de limpiar, que todo esté limpio y ordenado. Estoy bien contenta y feliz porque me llevó bien con mis compañeros. Hay gente nueva, otros que ya los conozco", enfatiza respaldada por su jefa quien asegura que es una trabajadora muy responsable.

Empresas regionales

Respecto a las empresas locales y la ley, el gerente general de la Asociación de Industriales de Iquique (AII), manifiesta que aún falta información sobre la operatividad de esta, especialmente cuando no se cumplen con los porcentajes de inclusión para hacer las donaciones.

"Todavía no tenemos el dato de cuantas empresas se han adherido. Como es una exigencia nueva, hay muy poca información en torno a la forma de cumplimiento y de cuántas empresas están cumpliendo. Creo que esto será bastante más paulatino, pero tenemos que ir informando", indicó.

Asimismo, Gómez, recalcó que tiene esperanza que se cumpla el espíritu de la ley, que tiene relación con que haya un proceso de inclusión paulatina de personas de capacidades distintas. "Estamos al debe como sociedad en informar, en ver que esta ley no es un cuoteo, sino que una ley de necesidad valórica, incluso más que social", dijo.

"Siento que hacer una ley para poder integrar o incluir a las personas es fome porque no debería haber una ley que los obligue".

Elizabeth Monsalvez, recepcionista part time de, Mall Zofri-"

"Estoy bien contenta y feliz porque me llevo bien con mis compañeros: Hay gente nueva y otros que ya conozco".

Adriana Urrutia,, 15 años trabajando, en MacDonald's."