Faro de Isla Serrano: otro hito histórico de Iquique
Ayer se cumplieron 32 años de su declaración como Monumento Histórico de Chile.
La idea romántica del hombre a cargo de un faro pareciera ser la de aquella persona de avanzada edad y ermitaña que refugia su vida en la soledad de esa estructura, la cual a través de su luz, guía a los navegantes en su ruta. Sin embargo, según asegura el sargento de la Armada, Mauricio Campos, quien a hoy está a cargo del faro Serrano, esto está lejos de la realidad.
"Es una especialidad profesional que tiene un desarrollo tecnológico muy grande y va avanzando muy rápido día a día", cuenta uno de los fareros de la Armada.
Ayer se cumplieron 32 años que el faro de la isla Serrano (Iquique) fuera decretado por el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) como Monumento Histórico, por su importancia como hito dentro de la Guerra del Pacífico.
Como señala el sargento Campos, su historia data de 1875, cuando Iquique estaba bajo soberanía peruana, y fueron ellos quienes encargaron su construcción a la empresa francesa Barbier y Fenestre, en un montículo rocoso cercano a la costa, alcanzando una altura de 22 metros.
Faro Serrano
Como data la historia, el Faro de Iquique cumplió un papel muy importante como auxiliar de la navegación, sobre todo en la época del auge salitrero, que hizo al puerto uno de los más importantes y concurridos del país.
En 1946 el faro detuvo su actividad a causa de la entrada en funcionamiento de una nueva señal en la punta del molo de abrigo del puerto. Sin embargo, volvió a operar antes que fuera declarado monumento.
Hoy, su estructura y luminaria sigue bien conservada, gracias al cuidado del Servicio de Señalización Marítima de la Armada, que vigila su correcto funcionamiento y mantenimiento.
"En es estructura se le solicita al Consejo de Monumentos Nacionales la autorización indicando de forma precisa cualquier intervención, que casi siempre es de pintura", señala Mauricio Campos.
El farero
Pero más allá de la historia del Faro Serrano y de su importancia para el país y para la región, poco se conoce de quienes tienen a cargo esta misión.
En caso del sargento Mauricio Campos fue a los 17 años que decidió seguir esta especialidad en la Armada.
Y de los 20 años que lleva en ella, 17 los ha pasado en el sur de Chile, en zonas como Punta Arenas, Puerto Montt y Aysén.
"El farero técnicamente todo lo sabe y todo lo puede hacer, cualquier cosa", comenta orgulloso, y precisa que hoy en Iquique, cumple esta tarea junto a tres compañeros más, el cabo Figueroa, y los marineros Quiroz y Taiza.
De su experiencia cuenta que ha vivido un proceso de cambio junto con la tecnología.
"(Antes) no teníamos ni internet ni teléfono en el faro, sólo comunicación radial una vez por semana con la familia", señala.
Ahora, las cosas han cambiado y cuentan con comunicación satelital y pueden saber lo que pasa en el país y estar atento a sus labores de resguardar la ruta de los navegantes.
"Empezamos usando aceite de corsa, aceite de parafina, gas acetileno, hasta que llegó la electricidad y ahora está saliendo la tecnología led que es mucho más eficiente", explica el marino.
Al despedirse, el sargento dice no haberse equivocado en elegir esta rama de la Armada, puesto que además de conocer la parte más austral de Chile y los aspectos técnicos de su trabajo, "aprendí de los fareros viejos la importancia de ser disciplinado y ser comprometido con el trabajo y eso es lo único que uno tiene que traspasarle a las nuevas generaciones".
"Aprendí de los fareros viejos la importancia de ser disciplinado".
Mauricio Campos, Sargento de la Armada, a cargo del Faro Serrano."