Secciones

El entrenador de natación de hace más de medio siglo

La familia de Miguel Cevellino llegó de Italia cuando Iquique era un pequeño puerto. Ahora tiene 73 años y su pasión es entrenar a toda aquella persona que le tiene miedo al agua.
E-mail Compartir

Crismary Castillo Marengo

De voz amable y ojos azules curiosos, Miguel Cevellino Giganti es conocido por generaciones de nadadores iquiqueños como "el profe". Su carrera comenzó siendo un joven a quien la vida le había marcado un buen comienzo dadas sus aptitudes para el agua.

Su familia italiana llegó cuando Iquique era un pequeño puerto y luego que su padre cumpliera sus funciones como militar en la Segunda Guerra Mundial.

"Era muy estricto y esto me pulió en mi carácter. Yo a mis alumnos les hablo con energía y siempre los animo a perderle el miedo al agua", recordó el profesor de Educación Física especializado en escuelas de natación para damas y varones.

Sus estudios comenzaron en 1966 por su afición a mirar las competencias de natación en Iquique, entre ellos el senador Jorge Soria.

Noble esfuerzo

"Me apasionaba verlos entrenar en una piscina de agua salada que ahora se llama Godoy. Era una piscina en la que muchos deportistas hacían un noble esfuerzo por mejorar su técnica de natación, su calidad de vida y logros deportivos fuera de Iquique", contó.

Con 58 años de experiencia como entrenador de nadadores en Chile, Australia y Europa sus historias están relacionadas con un deporte que a su juicio alimenta cuerpo y espíritu. "Yo no busco resultados porque éstos se dan solos. Busco que la persona le pierda el miedo al agua. La piscina Godoy tenía dos metros 20 centímetros de profundidad y cuando la persona no sabe nadar tiene miedo y yo logro que entre sin temor al agua", manifestó.

Una vez perdido el temor comienza el verdadero entrenamiento de Cevellino para los futuros "delfines humanos" como él describe a sus alumnos.

Cambio de vida

"Estos cincuenta años han sido enriquecedores porque ha habido gente a quien le cambió el chip. Gente que se sentía con sobrepeso o con pocas ganas de vivir cambiaron su pensamiento", dijo Cevellino y añadió que especialmente las mujeres, quienes son muy decididas cuando inician entrenamiento en piscinas porque van con la idea clara de lo que esperan.

"Con los niños es maravilloso porque es muy fácil enseñarles. Ellos solitos despegan y es cosa de que en un par de clases ellos despegan igual que los peces", comentó el entrenador quien se siente "un enamorado de los entrenamientos en piscinas".

"Lo más curioso es que yo no fui nadador profesional pero me he perfeccionado en el arte de entrenar. Al vivir en Australia y Europa entendí que es inconcebible que un ser humano que estuvo nueve meses en la guatita de la mamá no sepa desplazarse en el agua", describió.

En cuanto a sus logros detalló que en Santiago trabajó 35 años en la Universidad de Chile y logró que los estudiantes aprendieran a nadar y tomaran un ritmo de vida saludable.

"Con mis alumnos siempre me gusta viajar a campeonatos desde Argentina a México. Con los universitarios hice 18 viajes a competencias tanto deportivas como recreativas", recordó.

Otro de sus recuerdos es una mujer que llegó a sus clases con un miedo "terrible al agua".

"Ella superó todo esto y ahora es campeona suramericana senior y luego irá a Estados Unidos al mundial. Ella para mí es el caso más notorio de mis alumnos adultos porque ella lo logró a los 53 años", detalló.

En el caso de los niños planteó que hay casos de jóvenes con necesidades especiales que progresan en gran medida gracias a la natación. "Mediante el agua mejoran su capacidad motora y después son nadadores de alto rendimiento", dijo.

Si bien la piscina Godoy está en construcción Cevellino sigue trabajando con el equipo de natación del club Sportiva Italiana con el que viajará a Bolivia el 22 de julio para competir en Cochabamba.

"Mientras tanto aprovecho de entretenerme caminando y haciendo turismo. A mis 73 años mis colegas me dicen que tengo la capacidad de 30 porque me duermo temprano, tengo una vida sana y la buena fortuna de alimentarme bien", finalizó.

"Con los niños es maravillo porque es muy fácil enseñarles. Ellos solitos despegan".

Miguel Cevellino Giganti, entrenador de natación en la piscina Godoy."