Secciones

El testimonio de amor y fuerza de la familia de Florencia

Andrea Lillo, madre de una niña trans, cuenta su experiencia en el proceso de transición de su hija. "En julio de este año cumplimos un año y nos sentimos una familia perfecta", confiesa con orgullo.
E-mail Compartir

Crismary Castillo Marengo

"Hay muchas familias transgénero que están ocultas y esto es lo que no queremos. Al comienzo tenía dudas de decir 'mi hija es trans'. Pensaba que cuando ella estuviera grande me diría que no quería que nadie supiera, pero después dije que no tengo porqué ocultar a mi hija; ella no es rara ni un monstruo. Es una niña común y corriente", explicó Andrea Lillo, mamá de Florencia, una niña transgénero iquiqueña que comenzó su transición cuando tenía siete años.

"Ellos existen y se hace peor si ocultas a un niño trans y queda como ahora que nadie sabe cuántos niños trans hay en Chile. Con mi historia puedo sensibilizar a la gente y por eso la doy a conocer", expresó.

El comienzo

Cuando Florencia tenía cuatro años consultó a sus padres porqué había nacido niño si quería ser niña. "Con mi esposo no tomábamos en cuenta lo que ella decía hasta que cada vez se hacía más fuerte. Con el tiempo pensábamos que iba a ser gay, que es lo que piensan normalmente los papás al comienzo y si era gay lo apoyaríamos sin ningún problema", recordó Lillo.

Fue a los siete años cuando Florencia le comunicó a su mamá que deseaba operarse para ser mujer. "Ahí encontré que no era algo normal de un niño gay y mi respuesta fue: 'Hijo cuando seas grande te puedes operar'. Tampoco le di importancia sin saber en mi ignorancia como mamá qué era un niño trans. Yo no tenía idea y cuando ella me dijo eso decidí que teníamos que hacer algo", detalló.

Allí comenzó el primer viaje a Santiago para el inicio del acompañamiento psicológico para identificar las señales de que su hija era transgénero.

La transición

"A mí la verdad se me cayó el mundo cuando me lo dijeron. No porque no la aceptara sino que era muy fuerte como mamá lo que sentía. Era como perder a mi hijo a pesar de que no se iba a morir ni a cambiar porque su esencia sigue siendo la misma, pero la pena de ya no ver más a mi hijo hombre era horrible", recordó.

Con el acompañamiento psicológico para la familia de Florencia la transición fue rápida. "La llevamos a Santiago y en una semana ya estaba haciendo el tránsito: cambió su ropa, su cabello. Al comienzo fue súper complicado porque yo seguía con la angustia de mamá pero para mi esposo fue más fácil, pero nunca lloramos delante de ella", indicó.

Ella, Florencia

El proceso de comenzar a decirle ella, costó para la familia un tiempo más largo en el cual contaron principalmente con la ayuda de Florencia.

"Su nombre social es Florencia. Nos costó mucho decirle su nombre porque son ocho años que estás llamándole con su nombre masculino y yo optaba por no nombrarla por ningún nombre, sólo le decía lo que tenía que hacer", explicó.

En la experiencia de Lillo fue su misma hija quien la ayudó a facilitar este proceso porque le animaba a llamarla por su nombre social.

"Cambiar toda la ropa de niño a niña, transformar su corte de pelo fue mucho más complicado porque tenía el cabello corto y había que esperar que le creciera. Mi hija sufrió mucho cuando en algún momento le decían 'niña hombre' pero ella ha sido muy fuerte. Lo bueno es que el colegio me abrió las puertas súper bien e iniciaron capacitaciones", apuntó y añadió que también se construyó un tercer baño para Florencia que aún está en vías de mejoramiento para su uso exclusivo.

"La lucha es la única forma que se respeten los derechos de los niños transexuales. Yo creo que estamos en un 60% de la etapa de transición y nos falta mucho por recorrer. Si tú la ves es una niña pero hay todavía compañeros del colegio que la siguen llamando por su nombre legal. Esto va más en los papás que en los niños y esta es la lucha", dijo.

En cuanto a su núcleo de amigas, Florencia cuenta con el apoyo total ya que desde un principio la acompañaron para escoger su nombre y la primera ropa que usaría en su nueva vida.

"No se demoraron ni una semana en llamarla Florencia. En julio de este año cumplimos un año y nos sentimos una familia perfecta, nunca hubo un problema sino una pena por dejar todo y hacer este cambio total: ropa, juguetes, piezas, fotos. Esto fue doloroso pero ya no lo es", reflexionó.

Fundación selenna

Todo este proceso de transición logró que en Iquique se creara la filial de la Fundación Selenna que cuenta con las psicólogas Marcela Carrión y Andrea Rodríguez, una organización que tiene como misión proteger, acompañar, y fortalecer el desarrollo autónomo, libre y consiente de la infancia Transgénero, a través de la visibilización que dignifique de manera constante e informada el desarrollo de la identidad, en espacios, que valoren la diversidad en todas sus formas, por medio de la empatía y el respeto.

Lillo es su directora en Iquique y contó que están enfocados en las familias trans para dar capacitaciones a apoderados y alumnos. "Hacemos encuentros de familias una vez al mes donde nos apoyamos en los testimonios", explicó.

Como fundación ofrecen a los colegios capacitaciones al personal tanto docente como administrativo que están en contacto directo con los niños y aparte se dan charlas a los apoderados.

"Son focos distintos porque a los niños no se les puede enseñar lo mismo ya que depende su edad. El apoyo familiar es súper importante. En un comienzo venía la directora de Santiago y necesitábamos hacer capacitaciones aquí. En Santiago hay mucha ayuda pero aquí en Iquique no había mucho apoyo psicológico", indicó.

Andrea Lillo describió que es vital el apoyo de las psicólogas. "Yo soy mamá de una niña transgénero y doy mi visión de mamá, las psicólogas dan acompañamiento a las familias", dijo.

Finalmente expresó que si bien actualmente una persona participa como agente educativo, en cualquiera de las áreas de desarrollo en dicho ámbito, puede solicitar mayor información por interno en su página de Facebook "Fundación Selenna Iquique" o al correo: fundacionselenna.iquique@gmail.com, y enviaran propuesta programática.

"No tengo porqué ocultar a mi hija; ella no es rara ni un monstruo. Es una niña común y corriente".

Andrea Lillo,, mamá de Florencia, sobre el proceso de transición de su hija."