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España: continúan las protestas por polémica sentencia de abuso

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Manifestaciones en la calle y mensajes viralizados por redes sociales condenaron ayer, por tercer día consecutivo, la sentencia que condenó este jueves a cinco hombres españoles por abuso sexual y no por violación a una joven, a la que agredieron en la celebración de San Fermín de 2016, y que ha causado revuelo mundial.

Miles de personas se manifestaron ayer de nuevo en Pamplona -donde se produjo la agresión- contra esa sentencia que condenó a los cinco hombres, que se hacían llamar "la Manada".

La manifestación estaba convocada por diversos colectivos feministas que mostraron su desacuerdo no sólo con el actual Código Penal, sino también con la interpretación que hicieron los jueces y con el modelo patriarcal, que sitúan como el origen del problema.

Hamilton contento tras reunirse con el Papa

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James Hamilton aseguró ayer estar "muy contento y satisfecho" tras mantener una conversación "enormemente constructiva" con el Papa Francisco en el Vaticano.

Hamilton, quien viajó a Roma junto a Juan Carlos Cruz y José Antonio Murillo para reunirse con el Sumo Pontífice para una ronda de conversaciones a raíz del informe elaborado por el arzobispo de Malta, Charles Scicluna, sobre los supuestos encubrimientos de los abusos sexuales de Fernando Karadima por parte del obispo de Osorno, Juan Barros, dijo vía Twitter que mantuvo un encuentro con Francisco durante "algo más de dos horas", reunión que calificó de "sincera, acogedora y enormemente constructiva".

"Muy contento y satisfecho", resumió en otro mensaje.

Los tres chilenos fueron víctimas de abusos cuando eran menores por parte del cura Fernando Karadima, quien fue condenado en 2011 por la Justicia canónica a una vida de reclusión y penitencia por los abusos cometidos.

En los últimos años se han dedicado a demostrar que uno de los obispos formados por Karadima, Juan Barros, sabía de los abusos y a pesar de esto desde 2015 es el titular de la diócesis de Osorno.

Francisco hasta ahora había defendido a Barros asegurando que no se tenían pruebas en su contra, pero al regreso de su viaje a nuestro país el pasado enero envió al arzobispo maltés, Charles Scicluna, a recoger los testimonios de las víctimas.

Así, el 8 de abril, tras haber recibido el informe de Scicluna, envió a Chile una carta en la que convocó a las víctimas y a los obispos locales a Roma y admitió que cometió "graves equivocaciones de valoración" al haber recibido "información inexacta" de los hechos.