Tres de cada 10 niños menores de seis años sufren de sobrepeso u obesidad en la Región de Tarapacá. Las cifras, reportadas por la Seremi de Salud, ponen de manifiesto una problemática difícil de combatir en nuestro país y que logra alcanzar exiguos éxitos pese a las nuevas disposiciones, principalmente en el comercio, para disminuir las cifras.
De acuerdo al informe del Minsal, en la región de los 18.187 niños tarapaqueños controlados en la red de salud pública a diciembre de 2017, 6.617 presentan estos problemas de malnutrición por exceso (36,4%). De estos, 4.480 tienen sobrepeso y 2.137, obesidad.
De hecho, entre el 2007 y el 2017 se produjo un incremento en ambos problemas de malnutrición por abundancia. El sobrepeso de afectar al 22,4% de niños menores de 6 años, pasó a un 24,6%; en tanto, la obesidad, pasó de un 9% a un 11,8%.
La autoridad reconoce que la estrategia nacional de salud para enfrentar estos problemas no ha sido del todo exitosa. No obstante, existen y deben continuar algunos lineamientos para combatir la obesidad en los niños. La prohibición de venta de alimentos con sellos "altos en" en los kioscos escolares significó una conveniente forma de atacar esta realidad. Sin embargo, sigue siendo una situación de difícil manejo la venta ambulante de productos no saludables en los alrededores de los establecimientos educacionales. Lo mismo sucede con la generación de conciencia en los mismos núcleos familiares, ya que es propicio que se refuercen los hábitos saludables de alimentación, más allá del colegio o los centros de salud.
El Presidente Sebastián Piñera relanzó ayer el programa Elige Vivir Sano, el que busca que los chilenos hagan ejercicio y se alimenten mejor, entre otros pilares, lo que pone de manifiesto que el Estado debe crear oportunidades para mejorar las condiciones de salud de sus habitantes.
En lo referente a la ley de etiquetado, la normativa aún está en etapa de implementación y faltan mejoramientos, todo con el propósito de que disminuyan las cifras de obesidad. Son plausibles las políticas públicas del país, no obstante las familias deben ser los primeros precursores de cambios de hábitos para prevenir en la adultez enfermedades asociadas a la mala alimentación.
"Es propicio que se refuercen los hábitos saludables de alimentación, más allá del colegio o los centros de salud".