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Maderero pampino fabricó su propio torno para trabajar "a su pinta"

Víctor Velas se crió en la salitrera Victoria en donde aprendió el oficio que desarrolla hace más de 50 años.
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Crismary Castillo Marengo

Víctor Velas es de manos forjadas a pulso desde los 15 años cuando aprendió el oficio de tornero de madera.

Velas convirtió el torno en su mejor herramienta de trabajo al punto de fabricar él mismo uno de estos artefactos que en su opinión está hecho "a su pinta".

Su niñez se nutrió de la vida pampina porque a los pocos meses de haber nacido su familia se trasladó a la salitrera Victoria en donde pasó 40 años de su vida.

"Estudié en la escuela industrial y en Victoria fui a hacer la práctica. Cuando me gradué comencé a hacerle trabajos a los pampinos así como mantenimiento de plantas en la oficina Iris", recordó Velas.

En la Salitrera

Sus trabajos para la salitrera consistieron en elaborar las plataformas llamadas "durmientes" que funcionaban como una cama en el carro calichero.

"Los durmientes servían como camas cuando caían las rocas grandes de caliche. Esa madera amortiguaba el golpe", explicó el tornero.

Otro de los trabajos que realizó en la salitrera fue los "piques de agua" que eran pozos subterráneos que se forraban con madera.

"Ahí lo que hacíamos era ir demarcando con madera el pozo de agua y trabajamos de tres metros en tres metros. En cada avance se iba poniendo la madera en el borde interno del pozo y así llegábamos hasta 180 metros de profundidad", sostuvo y añadió que el objetivo era que no se derrumbara el pique de agua.

Estos trabajos quedaron atrás luego y Velas vio la oportunidad de instalar su primer taller de tornería en madera en Victoria.

"Ahí trabajé para una empresa y pasaba que a veces se quedaban sin personal o necesitaban herramientas que yo tenía porque no daban abasto para todos los pedidos", dijo.

En ese entonces, Velas fabricó su primer torno y con esto lograba enviar sus trabajos a la "Casa del yodo".

"Se hacían unos tapones grandes de madera que tenían un hoyo en el centro por donde venía el yodo. Sin embargo, estos tapones se dañaban muy rápido porque el yodo es muy fuerte y quemaba rápido la madera. Eran casi desechables y por eso se mandaban a hacer entre dos mil y tres mil tapones. Yo torneaba mucho y me iba muy bien. Lo malo fue que cerró la salitrera y comencé a hacer diversos trabajos en madera", indicó.

Iquique

Después de cuarenta años en Victoria volvió a Iquique y no perdió sus ganas de seguir trabajando en el oficio que hasta el momento le había brindado una estabilidad laboral.

"Era lo que mejor sabía hacer y por esto no tuve dudas en que acá en Iquique me iba a ir bien porque me gustaba mucho mi trabajo", contó.

Tan bien le fue que su trabajo puede verse en un lugar icónico de la ciudad como el Cementerio Municipal número tres.

"Me encargaron hacer una estructura de madera para el monumento de los caídos por la Matanza en la Escuela Santa María de Iquique. Era todo en madera y lo hice en mi taller para luego instalarlo con una grúa", contó el tornero y añadió que fueron dos meses se trabajo para este monumento.

Torneando

Su trabajo lo tiene enamorado de la madera y según describió es muy sencillo tornear porque "usted pone la madera, comienza a girar el torno y allí le da la forma que quiera".

"Yo preparo un diseño y voy uniendo cientos de piezas de muchos tamaños a las que luego les doy la forma que quiero, ya sea de lámparas o adornos para la cocina, detalles para el frontis de una casa y lo que mi imaginación piense que se pueda hacer", manifestó.

Sus actuales trabajos los realiza en un torno que armó él mismo y que instaló en su taller de trabajo.

"Yo planeo una idea y le doy rienda suelta a los diseños. Para eso hay que tener muchas práctica porque la idea es que se vean los palitos de madera pegados pero que parezca una sola pieza", acotó.

En cuanto a su oficio, Velas manifestó que el simbolismo que tiene la madera en su vida lo tiene más claro a sus 76 años.

"Para mí la madera y el torno lo son todo. Es mi vida y soy muy feliz porque puedo trabajar en mi taller con las herramientas que quiero", cerró.

"La idea es que se vean los palitos de madera pegados pero que parezca una sola pieza".

Víctor Velas,, tornero en madera,, sobre el arte de su oficio."