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Lituania Barreda, la bailarina histórica de la primera diablada

Pasó de bailarina a directiva, formó su propia diablada y hoy se dedica a confeccionar trajes típicos de La Tirana.
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Vladimir M. Hanshing

El amor por las diabladas comenzó cuando era joven, luego de practicar danza gitana durante su niñez y seguir los pasos de su hermano menor Omar, amante de los bailes típicos. Bailó por ocho años y llegó a ser caporal de los Servidores de la Virgen del Carmen, nombre de la primera diablada formada en Chile en 1957 por Gregorio Órdenes, más conocido como 'Goyo'.

En 2002 junto a su hermano, dejaron a los Servidores para formar su propia escuela, la que llamaron Reina Madre del Carmelo. Barreda fue presidenta, tesorera, secretaria, hasta que en 2016 la desvincularon. Dice que desde la institución que ella misma formó no la "botaron por fea, sino por mal hablada", lanza entre risas.

Barreda es la primera generación de su familia que adoptó esta devoción por bailar en la fiesta de La Tirana, dice que dos de sus tres hermanos también estuvieron ligados a esta tradición y que tanto su único hijo, como su nieta continúan el legado. "Casi todos nuestros hijos y nietos están ligados al baile religioso. La más pequeña nació un febrero y en julio ya la teníamos vestida en La Tirada", recordó Lituania.

Cuando tenía 22 años, ingresó a los Servidores de la Virgen del Carmen, lugar que fue su hogar durante más de 45 años, aportando desde diferentes ámbitos. En el tiempo que formaba parte del grupo de danza, Barreda era parte de la fila de diablas, cuando todavía era aceptado que las mujeres formaran parte de dicho escuadrón. Tan solo ocho años después, dejó de bailar porque según sus palabras, la edad pasa la cuenta y el desgaste físico es grande. "Los años pesan y eran bailes que necesitan saltos y gran capacidad física. La gente ya no baila como antes, si entran por una manda o devoción da lo mismo, pero pienso que el bailarín tiene que saltar y bailar como se hacía antes y eso no lo han tomado las nuevas generaciones", relata Barreda mientras se mueve mostrando cómo se bailan las diabladas.

El año pasado, volvió a bailar por última vez después de varias décadas. Esto fue porque el club de diabladas que la vio nacer, cumplió 60 años. "Para el aniversario bailamos todos los antiguos, como para conmemorar y la verdad es que se nota la edad", comenta entre risas Barreda.

Crear y diseñar trajes típicos es la forma de que Lituana tiene para no despegarse de algo que la ha acompañado durante gran parte de su vida. Está encargada de confeccionar la vestimenta de su primer club de diabladas y el trabajo es grande. "Me tienen que avisar con, por lo menos, un mes de anticipación". Esto es porque cada bailarín tiene que tener tres trajes diferentes, los normales (en color rojo y azul) y cada uno cuenta con una coraza, un pollerín y el buzo que va por debajo. Mientras que la teñida formal además de contar con los mismo artículos, tiene una pechera y una capa. A todo esto se le suma la meticulosa forma de agregarle los detalles. "Los diseños que se ven están hechos a mano, con cartón piedra e hilo entorchado, para que queden lindo".

"Mi mamá siempre nos llevaba a la fiesta de La Tirana. Mirábamos los bailes y uno se iba entusiasmando desde chico.

Lituania Barreda, Ex bailarina de la primera diablada chilena"