Karina Sánchez
En la calle Céspedes y González vecinos del sector escucharon un disparo aproximadamente a las 23 horas del jueves 5 de julio. El sonido provenía del interior de una vivienda del sector, donde un joven de 17 años manipulaba un arma que al percutar terminó con la vida de su primo de solo 11 años de edad.
La herida en el párpado derecho le produjo a la víctima traumatismo craneoencefálico, sin salida de proyectil. Según el informe del médico criminalista Carlos Sánchez Vilca, de la Brigada de Homicidios de la PDI, los restos de pólvora en el orificio de entrada de la bala evidencian que el disparo se realizó a corta distancia.
El hecho ocurrió en la habitación del imputado, ubicada en el segundo piso de la casa, pero el cuerpo sin vida de la víctima fue trasladado por familiares hasta un sofá que se encontraba en el primer piso y una hora después dieron aviso a las autoridades.
Los adultos responsables de los menores se encontraban trabajando en el negocio familiar, ubicado al lado de la residencia, y cuando escucharon la detonación salieron corriendo a ver qué había pasado y encontraron el cuerpo sin vida del niño.
Audiencia
Ayer, a las 13:19 horas se realizó la audiencia de control de detención contra el adolescente identificado con las siglas S.M.B, quien fue formalizado por cuasidelito de homicidio y tenencia ilegal de arma de fuego.
La Fiscalía señaló que el imputado entregó dos versiones iniciales diferentes: una en la que afirmaba que el disparo vendría desde el exterior de la casa, y una segunda, donde entregó el arma que tenía guardada y señaló que la misma víctima se habría disparado al manipularla.
Después, el menor habría confesado que él manipulaba el arma cuando se le disparó accidentalmente, hiriendo a su primo, y que el revólver lo habría encontrado días atrás en el patio de la casa y él lo guardó en su pieza.
El joven está en tratamiento psiquiátrico desde el año pasado, incluso estuvo casi un mes hospitalizado por problemas de depresión y se mantiene bajo los efectos de los antidepresivos.
De allí que el abogado defensor mostró en la audiencia el cartón que da fe de que el adolescente acude periódicamente a control con el psiquiatra Jesús Gómez y que la Quetiapina es uno de los medicamentos que consume, el cual sirve para tratar casos de depresión y bipolaridad.
Sobre las características del arma, el perito determinó que se trata de un revólver marca Taurus, calibre 38.
La fiscal Alejandra Gálvez, indicó que el peritaje químico realizado por la PDI estableció preliminarmente que el imputado tenía rastros de pólvora en sus manos.
Pese a que la Fiscalía solicitó el arresto domiciliario total del imputado, el juez de garantía no acogió tal petición y decretó solo la medida cautelar de sujeción a la vigilancia del Sename y arraigo regional, durante los 120 días que dure la investigación.