Evelin Aguilar Paniagua
Aun sin haber salido al mercado, el Vino del Desierto, producido por la Universidad Arturo Prat, logró medalla de oro en el concurso internacional "Catad'Or Wine Awards" que este año reunió a más de 600 etiquetas de vinos y bebidas espirituosas (piscos y destilados) provenientes de 14 países del mundo.
Con su cepa Tamarugal en su versión abocado, la casa superior de estudios postuló al certamen donde 45 expertos de 12 naciones fueron los encargados de evaluar, a través de catas a ciegas, cientos de muestras, entre ellas el vino blanco producido en la pampa del Tamarugal.
Orgullosos y mostrando la medalla ganada, los académicos que integran el equipo de trabajo del proyecto "Vino del Desierto" destacaron este triunfo por tratarse no solo de un producto que aún no se produce a gran escala ni se comercializa, sino que fue elaborado a partir del descubrimiento y rescate de una cepa oriunda de la región y del país como es la denominada Tamarugal.
"Lo importante de este concurso es que es internacional a nivel de los participantes como de los jurados (...) y la evaluación es a ciegas, el jurado no sabe su origen, solo el año y la cepa; lo que evalúan es a nivel visual, olfativo y gustativo, evalúan parámetros de calidad", recalcó la académica Ingrid Poblete.
Y si bien el Vino del Desierto participó en la categoría de Pequeñas Producciones, una de las cuatro en lo que respecta a vinos, el director del proyecto, Marcelo Lanino, hizo hincapié en que las exigencias para acreditar la calidad del producto fue la misma para todos los participantes del certamen que lleva 23 años de desarrollo en el país y que se rige bajo las normas de la Organización Internacional de la Viñas y el Vino.
Antes y después
Para los académicos, el galardón marca un antes y un después para este vino ya que si bien algunos especialistas les manifestaron que el fruto tiene potencial, este premio demuestra -según indicaron- que esto es una realidad y que por lo mismo deberán replantear la mirada hacia el producto.
"Este es un vino blanco, sí, pero es la primera cepa vinífera chilena, está producido en el desierto más árido del planeta, tiene características organolépticas distintas a los vinos de la zona central, es decir, desde el punto de vista económico y comercial, las ventajas comparativas y competitivas son todas", recalcó el ingeniero comercial Alex Zúñiga.
Aunque las aspiraciones de la universidad no es comercializar este producto ya que su propósito es concretar la transferencia tecnológica a los pequeños agricultores para que sean ellos quienes lo lleven al mercado, el académico dijo que desde ya este premio eleva su valor comercial.
"Ahora la invitación es a que el Gobierno Regional siga apoyando este proyecto porque hay mucha investigación que desarrollar, recién partimos y ya estamos con un oro (...) Por otro lado, ojalá se active la mesa del Vino del Desierto para apalancar recursos y nosotros seguir armando paquetes tecnológicos para transferir a los agricultores porque son ellos quienes tiene que producir y vender", agregó Zúñiga.
La ceremonia
El premio logrado por la universidad fue otorgado el pasado lunes en el Teatro Municipal de Santiago donde se entregó un total de 11 medallas de gran oro, 124 de oro y 62 de plata.
Participación
Este fue el segundo año en que la Unap postuló al certamen. El 2017 lo hizo con el mismo vino blanco abocado de la producción 2016 y quedaron a dos puntos de obtener medalla de plata; sin embargo, este año compitieron con su producción 2017 y lograron la medalla de oro. Además, en esta edición llevaron vino blanco seco y vino tinto cepa país los cuales -según indicaron- estuvieron a puntos de alcanzar distinción.