Con una clara división en torno a si legislar o no acerca del aborto, una vez más la DC muestra la profundidad de una crisis ideológica que se viene gestando desde hace muchos años.
Si los demócratas cristianos votan en contra del proyecto de aborto libre, no les ocurrirá nada, pues actualmente no son parte de una coalición ni tampoco la iniciativa es algo imprescindible para una sociedad que hace pocos meses aprobó las 3 causales.
Sin embargo, si apoyan la moción, atentando una vez más contra sus propios principios y arrimándose a proyectos que históricamente tanto católicos como evangélicos han condenado, deberían considerar quitarse el término "cristiana" de su nombre.
Entonces, ¿por qué lo hacen? No creo que vayan a perder alguna elección por este motivo, o añadir más adeptos siendo el partido de moda; en cambio, ganarían el desprecio de todos quienes hasta ahora han creído que es un partido de inspiración cristiana.
Con eso, ya podría avizorarse el fin de su existencia tal como ocurrió en Italia y en otros países. O quizás, sin ir más lejos, replicar lo que ocurrió este verano en Chile: una fuga masiva de militantes que notaron lo poco y nada que queda de un partido demócrata y de inspiración cristiana.
María Francisca Matamala T.
Cientista política