Caravanas: 60 años después
Siempre me resulta muy interesante observar los rostros sorprendidos de los niños iquiqueños al ver la caravana de camiones, motonetas y bicicletas, que llegaba desde Oruro, llamaban especialmente la atención esas grandes máscaras de los diablos orureños. No era un día cualquiera, se trataba del 21 de mayo de 1958. A partir de ese momento comenzó a organizarse la primera diablada de la fiesta de La Tirana, hasta entonces las cofradías contaban con diablos sueltos o figurines, con vestimenta de color rojo intenso y una máscara pequeña.
Por cierto, también trajeron alimentos y vestuarios, pero sobre todo compartieron un pensamiento y una necesidad de integración entre ambas regiones. La voluntad orureña de partir hacia Iquique por rutas que no estaban diseñadas para el uso de camiones, demostraba la convicción de que lo hacían por las generaciones venideras.
En el diario El Tarapacá del 22 de mayo doctor Josermo Murillo, líder de la caravana orureña, señaló: "Estamos emocionados hasta las lágrimas y no tenemos palabras para expresar nuestros agradecimientos. Tenemos una deuda de gratitud enorme y esperamos que los iquiqueños lleguen hasta nuestra tierra para poder retribuirles en debida forma". Así fue, los iquiqueños organizaron una caravana pensando en llegar a Oruro el 6 de agosto de ese año, debiendo cruzar la cordillera en pleno invierno. La historia dice que incluso el microbús Expreso tuvo un pequeño accidente.
La prensa recogió la siguiente noticia sobre la llegada de los iquiqueños el 7 de agosto: "31 vehículos de la Caravana de la Amistad Iquiqueña -entre ellos el del Presidente de la Delegación, Regidor René Díaz Labatut- se encuentran desde el mediodía de ayer en la ciudad de Oruro, destino al cual viajaron cumpliendo una esforzada travesía y para retribuir una visita similar que los orureños realizaron a Iquique el 21 de Mayo recién pasado". No fue la única caravana de la amistad, pero sí la más simbólica. La década siguiente se caracterizará por conflictos diplomáticos que alejaran a orureños e iquiqueños, pero la memoria no olvida ese esfuerzo de integración, paz y cooperación entre dos regiones colindantes y, por lo mismo, hermanadas por la geografía y la historia.
Hoy, un grupo de iquiqueños ha decidido rememorar la caravana de 1958. Esperan llegar por la noche a la ciudad de Oruro, donde realizarán varias expresiones de arte en memoria de esa doble hazaña orureña-iquiqueña, que quedarán registradas como un patrimonio intangible de integración cultural.
"Demostraba la convicción de que lo hacían por las generaciones venideras".
Sergio González Miranda,, Premio Nacional de historia 2014"