Franklin Luza asegura que no renunciará pese a las presiones
Tras ser sindicado por supuesta víctima de abuso sexual de parte de excapellán como encubridor.
"Las personas pueden pedir lo que les parezca, otra cosa es que sus peticiones sean escuchadas o sean justas", señaló el sacerdote, Franklin Luza, respecto a la solicitud que realizó al obispo, la supuesta víctima de abuso sexual del excapellán de la Fach, para que lo removiera de la diócesis junto al actual rector del santuario de La Tirana.
En dicha misiva, Johan Bernal exigía que en 48 horas, Luza fuera sacado por la figura de encubrimiento de su caso, cuando ejercía como vicario judicial y por inconformidad del acta emitida por este sacerdote.
Ante ello, el presbítero, manifestó que si bien es una petición respetable, no renunciará "porque a alguien le parezca que debo hacerlo, no tengo nada que me haga pensar en que pueda tener fundamento", dijo.
La denuncia del 2011
Sobre la denuncia en contra el sacerdote, Pedro Quiroz, el también vicario judicial de la diócesis, Franklin Luza, explica que llegó en el 2011 a través de la web de la conferencia episcopal de Chile, que le dieron aviso para que la tomara.
"Llegó Johan el mismo día, hizo un relato verbal de su acusación, y yo felizmente, me alegro, me ceñí al protocolo canónico e inicié un proceso que se llama investigación previa, no un juicio, una investigación donde se toman elementos en consideración para ver si procede o no procede, si hay elementos adecuados", relató.
Luza, indica haber tomado las declaraciones del ex capellán de la Fach y de la supuesta víctima, que ya había presentado los cargos en fiscalía, llevando su caso el abogado, Hugo Gutiérrez.
"Y en seguida cuando lo llamé después de haberlo oído a una sesión para hacer el relato por escrito, acudió con una abogada Vianka Mesías, que era funcionaria de un Centro de Atención para Víctimas de Violaciones de Derechos Humanos del Ministerio del Interior, lo acompañó y yo hice todos los trámites siguientes con ella. Ella participó de la gestión", confirmó Luza.
Los pasos siguientes, según detalló fueron la visita ocular al lugar y el interrogar a las personas del sector para luego elaborar un informe que fue presentado al obispo de ese entonces, Marco Órdenes.
Para terminar el caso, tuvo una reunión solemne donde leyó el acta oficial en presencia de la abogada Vianka Mesías, la madre de la víctima, la víctima, el obispo y él.
"En ese acto leí la acta y después de eso propuse un tiempo para comentarla, y la comentamos y se cerró. En la parte fundamental del acta decía que habiendo escuchado la acusación , teniendo en cuenta el relato, visto el lugar, y haber reflexionado, me parecía delante de Dios que no hay elemento para iniciar un juicio canónico. Sin embargo no me corresponde a mi hacer el juicio, pongo a disposición del obispo esta apreciación, pero el caso no termina ahí porque don Pedro Quiroz no era diocesano de Iquique, sino que miembro de la Fuerza Aérea. Yo mismo en los días próximos que tuve que viajar a Santiago, entregué la carpeta con el acta completa en el obispado castrense porque era lo que correspondía. El obispo de Iquique remite la investigación que se hizo al obispado castrense puesto que le corresponde a él decidir. Ignoro totalmente lo que el obispado castrense haya hecho después", expresó.
Juzgar la historia
En la oportunidad, el vicario judicial, mencionó que "todo el mundo tiende a juzgar la historia, y son hechos pasados con los elementos actuales y ese es un error de fondo. Porque ninguna mirada profunda y seria permite juzgar la historia pasada con los elementos que se tienen ahora. Ocho años no son en vano, la situación, el contexto actual de ahora de la iglesia y de la sociedad es distinta, hemos cambiado porque han pasado muchas cosas, de manera que no se le puede exigir a la historia que haya habido reacciones como si fuera hoy día. Estábamos en otro contexto, probablemente si ese acontecimiento hubiera ocurrido hoy día , hubiéramos tenido otra actitud", apuntó.
Acusaciones
Respecto a si se siente perseguido u hostigado por el grupo Laicos de Iquique, que lo sindican en distintas oportunidades como encubridor de casos de abusos, el sacerdote mencionó que a "alguno de ellos los conozco hace más de 25 años y he soportado su presión por más de 25 años sin un aporte positivo, algunos de ellos, a los otros me sorprende muchísimo y me pregunto qué es lo que tienen y por qué no me han buscado. Yo no estoy escondido, estoy en el obispado todos los días de 11 a 13. 30 y estoy en la parroquia y haciendo misas en público, entonces me pregunto con un poco de pena, por qué esos conocidos no se han acercado", puntualizó.