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Denuncian daños en ruinas ligadas al origen de la fiesta de La Tirana

Investigadores que realizaban estudio del primer templo del pueblo y en restos del buitrón apuntaron a un loteo con cal y un empalizado.
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Davied Jaime

Durante la etapa final de una investigación arqueológica en las ruinas de la antigua iglesia de La Tirana, en la provincia del Tamarugal, los investigadores Luis Pérez y Cecilia Sandoval, detectaron daños arqueológicos debido a un loteo que habría realizado un particular tras la fiesta religiosa.

El hecho fue denunciado a la Policía de Investigaciones por el arqueólogo Luis Pérez, a cargo del levantamiento del sitio, que fue encargado por el Obispado de Iquique a petición del Consejo de Monumentos Nacionales.

Los daños se habrían realizado específicamente en las ruinas de un centro de beneficio minero, donde se procesaba la plata proveniente del mineral de Huantajaya y Santa Rosa, en el actual Alto Hospicio que se denomina buitrón.

En el lugar una persona realizó una demarcación de al menos 2 mil metros cuadrados con cal y un empalizado, que según explica Pérez estaría destinado a arriendo, lo que es muy común durante la fiesta religiosa, donde miles de personas acampan en el pueblo.

Pérez explica que el daño es irreparable, ya que se afectó uno de los sitios donde habría surgido el culto a la Virgen del Carmen en el Tamarugal.

La investigación, según explica Pérez, busca que todo el sitio, incluido el buitrón, obtenga la declaratoria de Monumentos Nacionales. "Estaba todo intacto hasta la fiesta. Entregamos el informe de investigación y estábamos en proceso de evaluación para obtener la declaratoria de parte de la CMN".

Pese a ello, el magíster en paleontología, explica que el sitio mantiene protección "por el solo ministerio de la ley. Los daños actuales no afecta el levantamiento realizado, pero sí una segunda etapa, donde se buscaba realizar excavaciones "ya que las demarcaciones y los cercos nos limitarán a que trabajemos en las zonas intactas".

Según el comisario Marcelo Martínez, de la PDI, están en las primeras indagatorias, donde no se ha denunciado a nadie en particular, por tanto lo primero que harán es tratar de acreditar el valor patrimonial del sitio.

"Hasta el momento no hemos tenido en nuestras manos los documentos que permitan establecer que esos sitios realmente están protegidos, lo que es parte de la primera parte de la investigación, que incluye determinar en qué condición se encuentran los terrenos y luego se determinarán los responsables", aseguró el jefe de la Brigada Investigadora de Delitos Contra el Medio Ambiente y Patrimonio Cultural.

Martínez reveló que otra de las indagatorias buscará establecer en qué circunstancias se hace esta demarcación "y si el objetivo era lucrar con el arriendo de los sitios, donde también debemos definir quién es el propietario".

Orígenes del culto

Según los antecedentes bibliográficos encontrados durante la investigación que partió a inicios del 2017, se encontró evidencia de que a fines del siglo XVIII ya existía el asentamiento minero que se dedicaba al azogue, aprovechando la leña y agua existente en la Pampa del Tamarugal.

Así lo muestra un mapa de Guillermo Billinghurst de 1765 que ya reconocía al buitrón en el Pozo de Sánchez y según los investigadores a inicios de 1.800 los antecedentes demuestran que al lugar ya se le conocía como La Tirana y se hablaba de la celebración religiosa.

Cecilia Sandoval, explica que el proyecto consideró además de un análisis de riesgo, principalmente del buitrón, "que es lo más expuesto, en el lugar hay muchas cerámicas a la vista y material arqueológico, entonces había que hacer un registro y evaluar las afectaciones".

Según Luis Pérez es muy posible que no haya llegado la imagen la que le da inicio al culto (traída por los mineros de Huantajaya) "sino que surgido en el mismo lugar, ya que los buitrones consideraban una capilla y donde el culto a la Virgen del Carmen era propio de los navegantes que llegaron".

La segunda etapa de la investigación, donde se realizarán las excavaciones y queremos saber si hubo inhumaciones dentro de la iglesia "pues se sabe que hasta 1823 se mantenía esta costumbre".

2 metros cuadrados, es el área donde se ejecutaron los daños en el pueblo de La Tirana.