Derechos Humanos en el feminismo chileno

Tras el golpe militar de 1973, el Estado ejerció violencia sociopolítica contra la población opositora en general. Sin embargo, adquirió características específicas cuando se trató de castigar el cuerpo de las mujeres: la violencia sexual fue una práctica recurrente. El discurso público del régimen en torno a lo femenino presentaba una exaltación del rol de madre y esposa, como esencia natural de la mujer. Por tanto, la tortura física y sexual apuntaban a restablecer el orden tradicional de la sociedad. Se formuló, así, una estructura societal altamente conservadora reforzada por propaganda y políticas públicas desplegadas desde la Secretaría Nacional de la Mujer, imagen fiel de lo que fuera la Sección Femenina de la España franquista.

A lo largo de esos años, las mujeres se organizaron de forma creativa y solidaria en torno a problemáticas como la defensa de los Derechos Humanos y la subsistencia ante la crisis económica. Es en estas experiencias donde se produce la convergencia de vivencias comunes: el reconocimiento de asuntos que afectan a las mujeres como colectividad y, con ello, la articulación de sus demandas. A esto se sumó la fuerza con que penetró el pensamiento feminista, a partir de la década de 1980, creándose diversas agrupaciones y articulando demandas de género que serán bien acogidas por gran parte de las orgánicas opositoras al régimen. El lema "Democracia en el país y en la casa" constituyó un pilar en el discurso y se instaló como elemento central para la construcción de nuevas formas de entender y construir verdadera Democracia en Chile.

Esto nos permite entender que el movimiento feminista no es un fenómeno actual, sino que ha atravesado sus demandas según las necesidades y específicas de cada periodo. Un factor común entre mujeres movilizadas durante los años de dictadura y la actualidad es la necesidad de un Chile más democrático y equitativo.

Karelia Cerda,, historiadora UTA Iquique."

Las zonas aisladas del territorio nacional aún son una realidad, asunto que debe ser tomado desde una perspectiva de Estado y ser una preocupación real.

Estas zonas que incluyen el extremo norte como gran parte de nuestra frontera deben ser potenciadas, esto tanto desde el punto de vista de conectividad como de generación de espacios reales generadores de producción.

Los chilenos que hacen soberanía en estos lugares merecen un sincero reconocimiento, al igual que el Ejercito y la Armada de Chile que hacen un silencioso trabajo pocas veces reconocido.

Nueva carta de apoyo a Lula

A pocos días que la ex presidenta Bachelet asumiera su cargo como comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, figuras de la centroizquierda cercanas a ella y ligadas a su fundación, sumaron un nuevo apoyo al ex mandatario Lula Da Silva. Un gesto bastante extraño si consideramos que sólo queda una semana para que venza el plazo para inscribir candidaturas en Brasil.

Cuando Bachelet decidió apoyar al ex mandatario condenado por corrupción, apelaba a que el Tribunal Electoral de Brasil actuará de manera democrática de acuerdo a su Constitución, No obstante, el país negó rotundamente la inscripción de Da Silva. Algo bastante razonable si pensamos que un ex presidario, condenado por cohecho y otros delitos podría gobernar nuevamente una nación.

En ese contexto ¿qué ganan con entregar la carta en última instancia? No quiero ser mal pensado, pero ya que Brasil puso como último plazo para inscribir candidaturas el próximo lunes, y dado que la comisión de derechos humano de la ONU ya entregó su protección al ex mandatario, la carta de los cercanos a Bachelet no sería más que una defensa simbólica ante cualquier eventualidad.

Un manejo político loable, si pensamos que asegura el futuro político de todo su equipo y las negociaciones con un próximo presidente de Brasil.

Ricardo Oyarzún

Federico Urra

Profesor de Estado

(Jubilado)