Secciones

Familia acoge a vecina en situación de calle

Los esposos Luis Torres y Betzabé Salces la hicieron parte de su hogar.
E-mail Compartir

Iván Pereira Pizarro

Luis Torres transitaba por el sector de la avenida Gladys Marín en Alto Hospicio, cuando se percató que al interior de una carpa estaba una persona. Era su querida vecina Herminia, con quien compartía cada vez que se veían.

El grupo familiar tomó la decisión de ayudar a la vecina y sacarla definitivamente de la calle. "Estaba botada, envuelta en una frazada que se la había robado a un perro, orinada y defecada", recordó Luis Torres.

Tras varios intentos fallidos dialogando con distintas organizaciones para que pudiese ser acogida, la familia en plenas Fiestas Patrias no esperó más y la llevó a su hogar donde le ofreció un trato más digno del que le estaba dando la vida.

Torres sostuvo que cuando se quiere ayudar no se debe esperar el actuar de entidades gubernamentales o municipales, sino hay que hacerlo.

Betzabé Salces, su esposa, manifestó que esta situación fue una señal para ellos, donde debieron intervenir sin pensarlo. "Mucha gente pasaba, le daba una moneda, pero no la ayudaba. Invito a toda la gente a analizarse como seres humanos y como cristianos, ya que hay mucha gente que está en la calle pasando frío, hambre y somos esquivos ante esas realidades", expresó.

Herminia Díaz Barrientos era una antigua dirigente vecinal de Alto Hospicio, de las pioneras en la comuna, hasta que -según ella- se aventuró en un romance turbulento que la derivó al consumo de alcohol y provocó que perdiera todas sus pertenencias y su casa.

Hace dos años atrás, en su labor como voluntaria del campamento que está aledaño a la calle Unión Europea de Alto Hospicio, salió a entregar madera a sus vecinos. Cuando transitaba, en plena tarde de un 24 de noviembre, fue atropellada por una retroexcavadora que la hizo perder movilidad en la parte inferior de su cuerpo, situación que empeoró con el paso del tiempo y la dejó postrada hasta el día de hoy.

Tras el accidente que tuvo la ex dirigente social, el cual la condicionó por el resto de su vida, no pudo ser intervenida. "Cuando llegué al hospital no me pudieron operar porque no tenía documento de identidad", recordó Herminia Díaz.

Después del fatídico día, la única forma que tuvo para desplazarse fue gateando y ante su poca movilidad "pasaba la gente, pero pensaban que era un perro muerto que estaba ahí, si yo ni respiraba", comentó la mujer.

Todo cambió cuando Luis Torres y Betzabé Salces le ofrecieron su hogar y actualmente la integran y la cuidad como parte de su familia.