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"Hay que estar preparados para que Evo Morales se dé por ganador"

La experta en derecho internacional estima que la CIJ muy probablemente pedirá a ambos países seguir dialogando, cree que en ese escenario la figura de Morales podría volverse "difícil" y espera que la diplomacia nacional se mantenga en el Pacto de Bogotá.
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"Hay que estar tranquilos con este fallo" es la frase con la que, en la mitad de esta entrevista, la abogada y académica Astrid Espaliat proyectó su estado de ánimo hacia el epílogo que tendrá mañana la demanda que Bolivia interpuso en contra de Chile, el 24 de abril de 2013, en la Corte Internacional de Justicia de La Haya

¿Por qué?. Porque "Bolivia no logró establecer cuándo surgió" la supuesta obligación de Chile de otorgar a La Paz un acceso soberano al Pacífico, afirma la abogada, magíster en Derecho de los Negocios y experta en derecho internacional del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile. "La alegación de Bolivia fue muy confusa y forzada".

- ¿Qué es lo que examina en concreto la demanda que Bolivia interpuso en contra de Chile en la Corte Internacional de Justicia de La Haya?

- Bolivia hace tres peticiones en su demanda. Una es que sostiene que Chile ha adquirido la obligación de negociar un acuerdo que dé acceso soberano al Pacífico. Segundo, que Chile ha incumplido esa obligación y lo tercero es que Chile debe cumplir esa obligación negociando de manera pronta, efectiva y de buena fe un acuerdo que le otorgue acceso soberano al Pacífico.

- ¿Cuán profunda es la jurisprudencia de la Corte de La Haya en torno a las obligaciones de negociar?

- La Corte ha tenido que pronunciarse sobre la obligación de negociar en varias oportunidades. Nunca, eso sí, ni la Corte Internacional de Justicia ni otros tribunales han sostenido que la obligación de negociar conduzca a un resultado. Es más hay una sentencia relativamente reciente de una sala del Tribunal del Mar en un caso que opuso a Ghana y Costa de Marfil en 2016. Ahí, esa sala reiteró la idea de que la obligación de negociar es algo que tiene que ver con conducta y comportamiento, no una obligación que conduzca a algún resultado.

- ¿Usted cree que Bolivia logró exponer en este proceso cuál era la fuente legal desde la cual surgiría esta supuesta obligación de Chile?

- Bolivia sí expuso cuál es su fuente jurídica en el sentido de que sostuvo que esta obligación de negociar surgiría de distintas declaraciones efectuadas por los más altos representantes del Estado de Chile en distintos acuerdos y del intercambio de notas diplomáticas. Esto es posible en el derecho internacional, porque es un tipo de derecho que evoluciona muy rápidamente, eso hay que decirlo. Este derecho contempla o admite la posibilidad de que las declaraciones de ciertas personas, que representan al Estado, pueden obligar al Estado.

- ¿Cuándo habría surgido entonces la supuesta obligación?

- Esa posibilidad es problemática, porque depende del contexto en que se hayan hecho esas declaraciones y del lenguaje que se haya utilizado. Precisamente, Bolivia tomó esa posibilidad, que existe en el derecho internacional. Fue forzada porque tomó un grupo de declaraciones de Chile que mostrarían, en distintos momentos históricos, que el país adquirió esta supuesta obligación, además con un resultado específico. Esa es una tesis de Bolivia. Pero Bolivia no logró establecer cuándo surgió esa obligación, a través de un momento exacto.

- ¿No parece contradictorio este tipo de actos unilaterales de Chile si es que el país ha dicho que no tiene ningún tema territorial pendiente con Bolivia?

- Lo que ocurre es que, para Chile, esa negociación tuvo un principio y un fin. Es por eso que Chile sostuvo que tuvo una negociación iniciada en la que pidió un canje territorial. Bolivia finalmente no aceptó esa cesión y a todo eso Perú , de acuerdo al protocolo del Tratado de 1929, tenía que pronunciarse y lo hace en un sentido negativo a la negociación entre Santiago y La Paz. Y fin de la cuestión. Para Chile, esa fue una negociación que terminó, por lo que no hay nada pendiente en ese sentido.

- ¿Sería posible que los jueces interpreten que Bolivia logró establecer que hay algo pendiente entre Chile y Bolivia?

- Creo que no, porque la alegación de Bolivia fue muy forzada en el sentido que era muy difícil establecer la continuidad entre los documentos de 1950, los de los 70 y las declaraciones posteriores. Bolivia efectivamente trató de construir una continuidad. Y Chile demostró con otras partes o trozos de los documentos que no había tal continuidad y que cada una de esas fases de negociación constituyó una etapa de la relación bilateral que terminó. Lo que creo que puede ocurrir es que la CIJ estime que sí existe la necesidad de que ambos Estados dialoguen y negocien sobre distintas cuestiones que puedan acercar a los Estados en sus relaciones recíprocas.

-¿Sería, mantenerse como estamos hasta hoy?

- Eso es lo que yo he dicho. Hace no mucho un diario publicó las negociaciones no oficiales que se mantuvieron durante el primer mandato del Presidente Piñera entre Chile y Bolivia, lo que muestra distintas soluciones que estaban sobre la mesa.

- ¿Cuál es el escenario más probable de definición?

- Creo que será una invitación a negociar. Y hay que estar tranquilos con ese fallo. También es cierto que hay que estar preparados para que el Gobierno del Presidente Morales se dé por ganador y lo comunique con exageración y todo tipo de focos y fuegos artificiales. Es esperable, porque el Gobierno de Bolivia ha invertido muchos recursos financieros y humanos en esta causa.

- ¿Cree que será difícil, en un escenario de negociación futura, tener a Evo Morales como contraparte?

- Claro que es complejo, porque es un líder cambiante en sus posiciones. Además es un líder que enfrenta un escenario interno que se le ha complejizado y no es el de hace cuatro o cinco años atrás. Perdió un plebiscito en el que la población tenía que definir si quería o no que continuara en el poder. La población le dijo que no y Morales encontró una vía muy extraña para posibilitar su reelección. Eso ha generado que aparezcan opositores y otros liderazgos que le disputan el poder, algo que no existía hace varios años atrás.

- ¿Se podría ver afectada la voluntad negociadora de Chile a futuro luego de este fallo?

- Creo que la voluntad negociadora de Chile existe. El país tiene en la mente varias ideas de cómo avanzar. Es cierto que el liderazgo de Evo Morales puede dificultar ese proceso, pero también hay voces en Chile que están en la línea de avanzar en el proceso de negociación con Bolivia. Y creo que eso es transversal. Hay voces que están en una línea más bien dura, de reaccionar saliéndose del Pacto de Bogotá y de sostener que es Bolivia el problema. Sin embargo, hay otras voces que están en una senda más pragmática, de avance.

- ¿Qué aconseja la prudencia?

- Lo más prudente es permanecer dentro del Pacto de Bogotá y usar los canales diplomáticos para generar soluciones creativas y que vayan a la raíz de las controversias. Creo que el Pacto de Bogotá no es el problema, sino que debemos buscar por qué se producen las controversias, estudiar en profundidad esas causas y aprovechar los canales diplomáticos para ir generando maneras de suprimir las causas que han conducido a las controversias en los tribunales internacionales. Se deben generar mecanismos de integración con los países vecinos.