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Sin expectación recibieron el fallo de la Corte de La Haya en el Barrio Boliviano

En calle Esmeralda ayer fue una jornada normal de trabajo. Tras la determinación del CIJ los altiplánicos esperan que se busquen acuerdos entre los países y que el Presidente Evo Morales ponga el foco en otros asuntos.
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Rodolfo Capino Valencia

Como de costumbre, el movimiento en el denominado "Barrio Boliviano de Iquique" comenzó temprano. Los restaurantes tenían disponible a primera hora contundentes platos para comenzar el día, mujeres de poderosa voz ofrecían viajes a Oruro y otras comerciantes ostentaban carros llenos de fruta para venderla a los transeúntes.

El movimiento era como cualquier otro día lunes, de acuerdo a los trabajadores que desarrollan su vida en la calle Esmeralda, entre Juan Martínez y Amunátegui. Sin embargo, algunos televisores a bajo volumen mostraban en pantalla los canales de TV abierta que informaban los pormenores del fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, que decidió rechazar la demanda presentaba por Bolivia para obligar a Chile a negociar una salida soberana al Océano Pacífico.

A pesar de las expectativas en La Paz o en otras ciudades de Chile, la gente del Barrio Boliviano continuó trabajando, tal como lo hizo Cristina Alcón, responsable del restaurante La Abuelita quien cortaba una mata de perejil para que los comensales condimentaran los caldos a la hora de almuerzo. Sentada en una de las mesas del local, no tuvo tiempo para escuchar los detalles de la determinación de la CIJ, que le otorgó un triunfo a la defensa jurídica de nuestro país. "Todo en el barrio ha estado normal, nosotros no vivimos de la política, vivimos de nuestro trabajo", expresó la comerciante quien agregó que Chile le dio la oportunidad de levantar un negocio. "Este país me exige pero me da también, mientras que en Bolivia no sucede eso", añadió.

Respecto al resultado de la demanda en corte con sede en Holanda, la boliviana que vive 24 años en Iquique manifestó que este tipo de ocasiones "hay que aprender a perder y a ganar, pero Evo Morales a veces se encapricha".

La unión y colaboración entre los países fue algo que también destacó en la jornada de ayer entre las opiniones de la gente en calle Esmeralda, más allá de un litigio en tribunales internacionales. Mary Quispe, una captadora de turistas hacia Oruro, opinó que "tanto Bolivia como Chile ya están unidos... los bolivianos por el comercio y los chilenos que van a hacer turismo".

La trabajadora, quien calificó la jornada del lunes como un día normal, apeló también que finalizado este juicio "podemos llegar a un acuerdo, se puede conversar, depende de nuestros presidentes".

Metros más allá estaba Fanny Mamani, quien también ofrece viajes a Oruro en autobús. En una pausa en su labor, comentó que a pesar de la efervescencia en otros puntos del mundo en Iquique no hubo mayores contratiempos. La mujer que vive en Chile hace 16 años afirmó que vive feliz gracias a su trabajo, el que le permite enviar dinero a su país.

"Acá no hay discriminación y la mayoría de los bolivianos que venimos a Chile lo hacemos por los mejores sueldos, porque en Bolivia se gana 800 bolivianos($76.000 aprox.)", expuso Mamani.

En medio del interés internacional, Miriam Choque, quien atrae pasajeros para los buses a Bolivia, enfatizó que "yo como boliviana puedo decir que no estábamos 'ni ahí' con la demanda y el Presidente (Morales) debería preocuparse de otras cosas, más del pueblo". En ese contexto, sostuvo que la demanda por una salida al mar obedece a temas de la política y ella, al igual que sus compatriotas, debieron seguir trabajando como lo hacen todos los días.

Las labores no cesaron en toda la mañana, como fue el caso de Clementina Alcón, quien tiene a su cargo el restaurante "La Ketty", pues mientras recibía mercadería también pelaba ajos para sazonar los preparaciones en la cocina, en especial el fricasé. "Hay temas de los políticos, pero yo como persona digo que siempre hay que aceptar lo que Dios mande y yo viviré por mi trabajo ", aseguró la mujer proveniente de Bolivia.

Sin importar fundamentos de los jueces, la empresaria dijo que agradece la oportunidad de trabajar y de sentirse como en casa gracias a la acogida en Chile. Por ello, expresó que no verá diferencia a partir de ahora tras el fallo de la CIJ, pues su misión como siempre será trabajar como la gran mayoría de sus compatriotas.

"Todo en el barrio ha estado normal, nosotros no vivimos de la política, vivimos de nuestro trabajo".

Cristina Alcón,, dueña del restaurante La Abuelita en el Barrio Boliviano."