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El recorrido de un profesor en busca de una óptima educación chilena

Las matemáticas son la pasión de Reynaldo Zumarán, quien ha viajado a Francia y Finlandia para cambiar el actual sistema de aprendizaje de sus queridos alumnos.
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Francisca Cabello Iriarte

La presión familiar que tuvo Reynaldo Zumarán Martínez fue que debía estudiar ingeniería, pero sus aptitudes como joven estudiante era traspasar lo aprendido a sus compañeros haciéndoles clases y apoyándolos en su progreso. Esto fue percibido por una profesora de lenguaje, quien se le acercó un día y le dio el consejo de seguir la pedagogía por su talento con los números, pero además por la evidente vocación que poseía.

Fue a fines de los 90 cuando ingresó a la Universidad en Antofagasta, ciudad donde el panorama era la escasez de docentes en esa área y fue por eso que a los 19 años debutó realizando un reemplazo. Las oportunidades lo regresaron de vuelta a su ciudad natal, Iquique, pero rápidamente se la arrebataron quedando cesante por seis meses donde pudo trabajar como mesero de un restaurante.

Esa mala racha se terminó e ingresó al Colegio Humberstone en 2009. Su relación con los estudiante se vio reflejada en el buen puntaje que obtenía en la evaluación docente y la valorización fue inmediata dentro del establecimiento.

Lo que gatilló este desempeño fue que obtuvo una pasantía a Francia por cuatro meses en 2014, donde estudió Didácticas de las Matemáticas con mención en Estadística y tuvo la fortuna de codearse con grandes próceres a nivel mundial.

Su valor altruista lo hizo sentirse egoísta por no entregar estos conocimientos a los demás y eso lo llevó a realizar charlas de evaluación docente donde comenzó a incluir todo lo aprendido en Europa.

Fundación

Por circunstancias de la vida conoció a Felipe Higueras y Raphael Cantillana. Junto a sus mismos ideales llegaron a conformar la Fundación Desarrollo y Progreso, llevando estas charlas hasta el interior de la región de forma gratuita.

Otras puertas se fueron abriendo para el hombre de 34 años y vino de una organización de profesores, donde fue parte del equipo que asesoró al exministro Nicolás Eyzaguirre para una nueva reforma en la educación chilena.

Paralelamente, Zumarán ya había tomado firme la bandera de "fin al lucro", es por eso que decidió desligarse del colegio en Iquique y optó por dar clases en la Escuela Estrellas del Sur en Pozo Almonte.

Allí se ha mantenido realizando clases pero además creó el primer preuniversitario de la comuna totalmente gratis. En ellos ha implantado el bagaje que ha obtenido durante los años, pero algo que llegó a nutrir aún más ese talento fue una estadía en Finlandia que llegó este año para conocer por completo su modelo de educación.

"Finlandia para mí fue como encontrar el marco teórico de mi corazón, así de potente porque yo tenía esa intuición de que no puede ser posible de que los niños estén sentados 90 minutos (...) Y en mi regreso comencé a hacer unos pequeños cambios en el sistema de educación con mis estudiantes en Pozo Almonte", explicó.

Una de estas renovaciones que ha generado en el último mes es realizar clases de 45 minutos. "Tengo 15 minutos de aprendizaje, 10 minutos de break y 20 minutos de aplicación y me he logrado dar cuenta de que los estudiantes que tienen mayor dificultad han ido progresando y, aquellos que visualizas que tienen grandes habilidades pero no sabes qué pasa en él que no logra potenciarse, con esta estructura saltan al máximo".

La esencia del iquiqueño dentro del aula ha sido de no prohibir, por ejemplo, si el problema es que los alumnos están pegados al celular este no ha sido impedimento para desarrollar la clase, sino que ha incluido esta tecnología para que ellos puedan escribir los apuntes y ecuaciones a través de la pantalla.

Para Zumarán esta experiencia en el país con la "mejor educación del mundo" ha hecho que se diera cuenta de las grandes falencias en Chile y una de ellas es la labor del profesional con "gestos educacionales, es como tomar tu corazón, tomar tu cerebro y donarlo al estudiante", exclamó.

El objetivo que cumple un profesor en Chile, a percepción del profesional, aún no está claro y urge, pero cree que cuando este rol se defina en su totalidad y se fusione junto a la empatía que tiene el latino y, que adolece el europeo, "vamos a estallar en educación", concluyó.

"Yo tenía esa intuición de que no puede ser posible de que los niños estén sentados 90 minutos".

Reynaldo Zumarán Martínez, Profesor de matemáticas."