Esta semana se conmemoró en todo el mundo el Día Internacional de la Diabetes, una enfermedad que ha mostrado un preocupante avance en los últimos años y que puede generar serios problemas en la salud y en la calidad de vida de las personas.
La fecha nació como una propuesta de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y se materializó en coordinación con la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el objetivo de "alentar a los Estados Miembros a que elaboren políticas nacionales sobre la prevención, el tratamiento y la atención de la diabetes que estén en consonancia con el Objetivo de Salud y Bienestar de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible".
De acuerdo a los antecedentes que maneja este organismo internacional, más de 422 millones de adultos padecían diabetes en 2014, una cifra alarmante al considerar que en 1980 solo afectaba a 108 millones. Otro dato preocupante, es que la prevalencia de la enfermedad se ha duplicado, pasando de 4,7% a 8,5% entre los adultos. Incluso, este porcentaje ha mostrado un crecimiento más significativo en los países de bajos y medianos ingresos.
En el caso de Chile, se estima que sobre el 12% de la población tiene diabetes y las proyecciones de salud no son muy alentadoras, toda vez que se espera que esa cifra se duplique hacia el año 2035. Esto cobra sentido con los datos aportados por la Encuesta Nacional de Salud, donde se estableció que en los últimos años su prevalencia creció en un 3,1%.
Pese a que existen antecedentes genéticos que incrementan el riesgo de padecer esta enfermedad, para que esta se desencadene mucho tiene que ver el estilo de vida. En ese contexto, los especialistas indican que tiene una relación directa con los hábitos alimenticios y la actividad física que desarrollen las personas.
Considerando esos antecedentes, es todavía más complejo cuando los índices de sobrepeso y obesidad de la población chilena se ubican entre los más altos del continente.
Es importante, entonces, buscar herramientas que aporten a prevenir los factores de riesgo. Por ello, es indispensable continuar con iniciativas que promuevan la alimentación sana -sobre todo en los menores de edad- y el desarrollo de actividades físicas.
Esto puede marcar una diferencia pero se requiere de compromiso y voluntad.
"Se estima que sobre el 12% de la población tiene diabetes y las proyecciones de salud no son muy alentadoras".