Aporte Fiscal Directo de la Unap
Las universidades tradicionales desde hace décadas reciben un Aporte Fiscal Directo (AFD) heredado de la reforma de la educación superior desde el DFL N° 4 de 1981, donde el Estado tomó la determinación de distribuir el aporte de acuerdo con la historia de las instituciones y en función de sus reestructuraciones, al conformar las universidades derivadas regionales, a partir de las centralizaciones de la U. de Chile y ex Universidad Técnica del Estado.
Desde esa época se determinó para Instituto Profesional de Iquique, actual Universidad Arturo Prat (UNAP), un AFD que en términos proporcionales es uno de los más reducidos en comparación del resto de las universidades, que en 37 años no ha sido modificado y se ha mantenido de acuerdo con el reajuste del sector público de cada año. Este valor para el año 2018 es de 2.400 millones de pesos, en comparación a la Universidad de Tarapacá, con Casa Central en Arica, recibe un valor de 9.779 millones de pesos. Esta diferencia histórica de 4 veces es la herencia de la reforma de educación superior de 1981, sin relacionarse en forma alguna en fundamentos académicos entre ellas.
Este AFD disminuido ha implicado un efecto histórico relevante a la Unap, su gestión ha tenido que ser distinta en la consecución de recursos debiendo realizar esfuerzos para generar mayores ingresos con el fin de lograr la cobertura educacional que necesita la región, derivado del crecimiento demográfico de sus comunas, diversificando sus carreras profesionales y técnicas en función de las necesidades de Tarapacá.
De acuerdo con la realidad socio económica de los estudiantes de la Unap, los recursos que percibe de AFD, se destinan en apoyo social en términos de becas almuerzo de lunes a domingo, suplementos alimenticios vespertinos, becas de residencia, becas de padres y becas de jardines infantiles, sala cuna para hijos de los estudiantes, entre otros beneficios.
Un AFD disminuido afecta directamente al desarrollo del capital humano de la región, porque la educación es el mejor mecanismo para lograr una redistribución efectiva del ingreso, donde el Estado no ha tenido la voluntad política de modificarlo en beneficio de Tarapacá. No obstante, la Unap, desde sus orígenes, ha logrado formar cerca de 50.000 profesionales y/o técnicos, y muchos de ellos radican en Tarapacá, y podrían haber sido mucho más si el Aporte Fiscal Directo del Estado hubiese sido mayor.
"Un AFD disminuido afecta directamente al desarrollo del capital humano de la Región".
Héctor Varas,, economista Unap"