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La copadísima agenda de los Pascueros tarapaqueños

A menos de cuatro semanas para que se celebre Navidad, los Santa Claus locales ya no dan abasto.
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Naguib Danilla Segovia - La Estrella de Iquique

Conocida es la tradición tarapaqueña de celebrar coloridamente la Navidad. Desde los frontis de las casas adornados con cientos de luces hasta el pesebre más estrafalario resume en cuerpo y alma el sentido que tiene para los habitantes de la comuna el mes en que se festeja el nacimiento de Jesús.

Es fecha de los famosos carros navideños, con música que llena de decibeles las calles regionales. También es tiempo de las fiestas de fin de año -y cómo no- momento para que aparezcan los múltiples Viejitos Pascueros, que hacen de este periodo un esforzado, pero lucrativo trabajo temporal.

Alberto Cortés (38) lleva 16 años trabajando como Viejito Pascuero en Iquique y Alto Hospicio, y ya no da abasto con todas las solicitudes para hacer eventos. Está contratado hasta el 25 de diciembre, pero recuerda con especial cariño el momento que decidió transformarse en el popular Papá Noel.

"Yo siempre participaba en cosas extras. Mi hija hace unos años atrás, se enfermó cuando tenía cuatro años y pasó la Navidad hospitalizada. Ahí yo me vestí de Viejito Pascuero, porque estuvo en el Hospital el día 25", recuerda este iquiqueño sobre la primera vez que se probó el icónico traje rojiblanco.

Personificación para la que se prepara con antelación. Actualmente cuenta con trece trajes distintos, una peluca y barba que está avaluada en más de $500 mil pesos, y tiene un staff compuesto por chicas disfrazadas de duendes y otras figuras animadas.

"Me llaman a domicilio, a eventos y así empezó de a poco. Actualmente hago eventos de forma particular y voy a Santiago, Calama y Antofagasta", comentó.

De aquí al 25 de diciembre ya no tiene espacio en su agenda. Similar le sucede a la pareja integrada por Anthony Ramírez (35) y Alicia Álamos (39), matrimonio hospiciano que se dedica hace tres años a personificar a Santa Claus y a una "duenda", respectivamente.

"Partimos haciendo esto con una ayuda solidaria que hubo en una toma de Alto Hospicio. Se recaudaron juguetes, y no había quién se disfrazara de Viejito Pascuero, y como mi marido es 'gordito' natural se pensó en él. Al principio, le dio vergüenza. Después de eso, se hizo costumbre ayudar. De la nada nos empezaron a salir eventos", cuenta.

Al interior

Eventos que no rechazan a pesar de la distancia. Dice que -a diferencia de otros colegas pascueros- ellos van a todos lados, incluso a los pueblos del interior.

"Nosotros nos abrimos a pueblos del interior, porque acá son pocos los que lo hacen. Nosotros vamos a Pica, La Tirana, Pozo Almonte, La Huayca y Matilla (...) la idea es mantener el precio, a pesar de la distancia", relata la integrante de esta dupla navideña.

Luis Terán (62) se dedicó casi toda su vida a ser Viejito Pascuero. Es asistente de educación de la Escuela Croacia, y actualmente está en huelga. El disfrazarse de Santa Claus le sirve como una forma de aportar con un dinero más a su renta mensual que no sobrepasa los $300 mil.

"De los 20 años me dedicó a esto. Cuando partí, y trabajaba en la Escuela Santa María, yo me disfrazaba e iba a repartirle los juguetes a los niños más pobres de la escuela. Yo le compraba con mi plata los juguetes (...) Ahora cobro barato, y es un recurso más que yo lo puedo ocupar para poder arrendar mi casa y comprarme otras cosas", explica.

"Nosotros nos abrimos a pueblos del interior, porque son pocos los que lo hacen"

Alicia Álamos,, integrante de emprendimiento navideño con su marido."