Las personas que tienen la oportunidad de visitar la ciudad de Iquique en vísperas de Navidad se sorprenden de que las calles se ven invadidas de caravanas de vehículos, con música navideña, encabezadas por uno o dos carros alegóricos, haciendo alusiones a la fiesta de navidad y a la empresa o institución que representan, tanto del sector privado como público.
Se incorporan en esta actividad dueños, empleados, familias con sus respectivos hijos y, tal vez muchas compañías y organizaciones las realizan sin considerar las implicancias para estas, pero si las viven y experimentan momentos de compromisos y felicidad, hasta altas horas de la madrugada en algunos casos.
Es un gran logro que las instituciones desde hace varias décadas, empresas o sindicatos, se aproximen al hogar de sus colaboradores, donde sus hijos esperan con ansias la llegada de las personas disfrazadas de Santa Claus entregándoles caramelos, obsequios, villancicos, otros con música más popular, pero en fin se transmite felicidad y amor de un año que termina y de otro que comienza. Muchos trabajadores ya no están porque se han ido, otros han llegado, pero la actividad debe continuar llenas de desafíos y nuevas metas para que las organizaciones sigan subsistiendo junto a sus empleados.
Para las empresas es una gran oportunidad, para incorporar estas actividades a sus políticas para aumentar el bienestar de las personas, a las que se les puede sumar una serie de beneficios como: se les mejora el clima organizacional, aumentan sus motivaciones y los compromisos al abrir una ventana empresarial incorporando a las familias de sus empleados a las empresas.
Esta celebración puede conformar una parte de la planificación, en el contexto anual de la convivencia combinado con la programación formal para la renovación de las empresas, para un año que se inicia, evaluando el cierre del 2018, y las brechas que se deben enfrentar el 2019 y los próximos años de acuerdo con los escenarios que se aproximan.
Finalmente, se sugiere para las familias cristianas que deseen aprovechar este "tiempo de adviento" de celebración del nacimiento en sus corazones en unión a sus seres queridos y, en especial, a los oficios religiosos que le rememoren la llegada del Salvador.
"Mejora el clima organizacional, aumentan sus motivaciones y los compromisos".
Héctor Varas,, economista de la Unap"