Los hitos que marcaron la memoria de la Escuela Santa María de Iquique
El historiador Mario Zolezzi, relató cuáles han sido los acontecimientos que guarda el "fatídico" recinto.
Transcurría 1883 cuando se desarrollaba la última etapa de la Guerra del Pacífico y Chile era gobernado en ese entonces por el Presidente Domingo Santa María. Tarapacá estaba bajo la autoridad de un jefe político e Iquique contaba con una junta municipal provisoria, lo que generaba la necesidad de una escuela pública de niños y se acordó su construcción.
Es así como se inició la historia de la Escuela Domingo Santa María, un lugar que ha sido manchado con sangre por la masacre que ocurrió un día como hoy, hace 111 años.
Para el historiador Mario Zolezzi, la investigación del establecimiento educacional es algo que le fascina, por eso se dedicó a analizar cuáles han sido los otros hitos que guarda el espacio ubicado en calle Zegers 764, y que los remonta hacia el pasado.
A pesar de que Chile había ganado la guerra a principios de 1881 (las victorias de Chorrillos y Miraflores), debió emprender la campaña de la Sierra para derrotar a Perú y que éste firmara el Tratado de Paz que le aseguraba el reconocimiento definitivo de la posesión de Tarapacá.
Dicho escenario postergó el tema de la instrucción pública, según Zolezzi, lo que perjudicó sensiblemente el acceso a la enseñanza primaria y pública para los niños. Por esa razón, la junta municipal resolvió destinar $5.000 del presupuesto de 1883 para hacer realidad esa aspiración local, en beneficio a la población obrera. La construcción se tardó cuatro meses y el 14 de julio se inauguró el primer establecimiento de enseñanza pública de Iquique. Tres años más tarde, ya tenía 580 alumnos matriculados.
En 1889, el colegio recibió la visita del presidente José Manuel Balmaceda, que fue saludado por los estudiantes y según los antecedentes que ha recopilado Mario Zolezzi, el corresponsal de un diario sureño señalaba en aquella época Balmaceda al salir de la escuela cortó del jardín dos botones de algodón, pidiéndole que se los guardara porque se los llevaría de recuerdo a su madre.
Durante la Guerra Civil de 1891, en el recinto se improvisó un hospital para atender a los heridos, congresistas de la batalla de Pozo Almonte. Las clases fueron suspendidas al ser convertido en en cuartel de la Compañía Atacama, la cual permaneció por más de un año en la ciudad y ya en 1904 la unidad militar abandonó el recinto.
1907
"Siempre conviene recordar estos hechos porque marcaron un hito en la historia social, más que todo el movimiento obrero de Iquique. Fue algo nunca antes visto, se desplegó una huelga general de todas las oficinas salitreras y que tuvo adhesión en Iquique, Pisagua, Caleta Buena y Junín", explicó el historiador.
Uno de sus fetiches ha sido el estudio de la matanza, narrando que fue una gran masa de pampinos los que se trasladaron hasta Iquique en trenes y a pié, con el objetivo de presentar un pliego de peticiones a los salitreros y esperar su respuesta, provocando que se suspendieran los exámenes de fin de año en el espacio educativo.
Los huelguistas se instalaron allí y en el circo que estaba instalado en la Plaza Montt, donde actualmente se encuentra el Mercado Centenario. En el colegio funcionaba el director del movimiento social, recibían raciones de comida que les entregaba la autoridad y se podían apreciar las banderas de Chile, Perú, Bolivia y diversos gremios.
Las conversaciones entre ambas partes no cesaban, declarándose el estado de sitio. "Los trabajadores crearon un grupo de vigilantes que inspeccionaban a los mismos obreros para que no hicieran ningún disturbio; la alcaldía ordenó que se cerraran todos los bares y los obreros se preocupaban también de que no hubieran clandestinos porque podían tomar, entonarse y crear problemas", contó el dueño del Bazar Obrero.
A pesar de ello seguían llegando los buques, los pampinos estaban intransigentes, para ellos era todo o nada, debido que el sistema del papel moneda seguía rigiendo, los valores de las importaciones continuaban en alza y no alcanzaba para la canasta familiar.
Los acontecimientos se precipitaron rápidamente, terminando en el sangriento desalojo de los pampinos, instalados en los lugares antes mencionados, por las tropas del general Silva Renard, que ejecutó a niños y adultos hace 111 años.
Incendio
Desde allí todo volvió a la calma, hasta que en 1928 el fuego comenzó a arder, destruyendo el emplazamiento. Dos años más tarde, comenzó la reconstrucción de un nuevo y sólido edificio que sufrió demoras producto de la crisis de 1930 y en noviembre de 1934 se efectuaron las últimas terminaciones, mientras gobernaba Arturo Alessandri Palma, quien siendo diputado en 1907, criticó duramente en la Cámara al ministro Sotomayor por la matanza, quien fue además, el principal articulador de la Campaña de Tarapacá en la primera fase de la Guerra del Pacífico.
"Fue algo nunca antes visto, se desplegó una huelga general de todas las oficinas salitreras y que tuvo adhesión en Iquique, Pisagua, Caleta Buena y Junín".
Mario Zolezzi, Historiador."
"La alcaldía ordenó que se cerraran todos los bares y los obreros se preocupaban también de que no hubieran clandestinos porque podían tomar, entonarse y crear problemas".
Mario Zolezzi, Historiador."